Capítulo cincuenta y dos

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—Eres insoportable.

—Te llevaré a tu casa. Empaca lo esencial. Las mandaré a recoger más tarde para que las lleven a mi casa. Tengo unas cosillas pendientes.

—Yo aún no he aceptado tal cosa.

—Te considero lo suficientemente inteligente, como para aceptar una oferta como la que te he propuesto y no dejarla pasar, después de todo, no es como que tengas más o mejores opciones, ¿no es así? —sonrió, abriéndome la puerta del pasajero—. Además, no querrás estar por ahí cuando la bomba explote.

¿Cuándo la bomba explote? ¿A qué se refiere exactamente? Sea lo que sea, no suena bien saliendo de su boca.

Omar

—Necesito que me aclares algo, Alex —le dije a mi abogado—. Mi mamá ha desaparecido, y la última vez que alguien la vio, estaba en casa de Avery. Sabes que la relación entre esas dos ha sido tensa desde hace un tiempo. ¿Crees que hay una manera de demostrar que Avery esté involucrada en su desaparición?

Mi secretaria entró a mi oficina, dejando el almuerzo sobre mi escritorio y marchándose sin interrupciones.

—Omar, estas son acusaciones graves —respondió con precaución—. No podemos simplemente acusar a alguien sin pruebas sólidas. Necesitamos evidencia concreta de que Avery esté involucrada en la desaparición de tu madre.

—Lo entiendo, pero es difícil ignorar las circunstancias —le repliqué con inquietud—. Sobre todo, teniendo en cuenta lo que ha sucedido entre ellas recientemente.

—Estoy al tanto de su conflicto, pero necesitamos hechos concretos —repitió—. Las emociones no son suficientes en un tribunal. Si tienes razones sólidas para sospechar, te recomendaría hablar con la policía y dejar que investiguen adecuadamente.

—Ya lo hice, pero solamente la interrogaron y la dejaron ir, así como así. Por cierto, hay una mujer que últimamente se pasa con ella. Es de un aspecto muy raro. La muy desgraciada es demasiado arrogante. Siento que esa mujer es quien movió las fichas hoy en la comisaría.

—¿Por qué lo dices?

—Porque la dejaron libre demasiado rápido.

— Con todo lo que mencionaste, evidentemente tu exmujer es sospechosa, pero sin pruebas no pueden retenerla.

—¿Qué hay de la custodia de mi hija? —pregunté con ansias—. Creo que esta es la oportunidad perfecta para demostrar que Avery no es una madre adecuada y que Alany debería quedarse conmigo.

—Omar, la custodia de tu hija es un asunto delicado —explicó Alex—. Para cambiar la custodia, debemos demostrar que es en el mejor interés de la niña. No basta con una disputa personal. Tenemos que reunir pruebas sólidas de que Alany estaría mejor contigo. Si crees que eso es lo correcto, trabajaremos en ello, pero debes ser paciente y metódico en el proceso.

Maldita sea, esa perra ha corrido con mucha suerte, pero la tendré rogando a mis pies. 

Estaba completamente absorto en mis pensamientos después de la llamada con mi abogado, cuando decidí abrir la bolsa de comida que mi secretaria había dejado en mi escritorio. Había pedido algo ligero para almorzar, pero al mirar dentro, noté que me habían traído algo que claramente no era lo que había pedido.

Revisé la hora en mi reloj, y me di cuenta de que no tenía tiempo para solicitar el pedido correcto. Tenía una reunión importante dentro de treinta minutos, y apenas había tenido tiempo de desayunar debido a la situación con esa maldita.

En la bolsa, junto con la comida equivocada, encontré una pequeña tarjeta con una frase impresa: "Solo hay un amor más grande que el amor a la carne… el amor a mamá". Ignoré la tarjeta y la arrojé descuidadamente en el zafacón, centrando mi atención en la comida.

Mientras masticaba y revisaba mi celular, algo se sintió extraño y duro en mi boca. Rápidamente saqué el objeto, y mi sorpresa fue inmediata. Era una uña pintada con el mismo esmalte rojo que usaba mi madre, y tenía el mismo diseño que ella solía llevar. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. El asco y el horror se apoderaron de mí al comprender la macabra implicación de lo que había encontrado.

El sabor que amarró mi boca se volvió repugnante, y sentí unas náuseas incontenibles. Una oleada de vómito subió por mi garganta y no pude evitarlo. Vomité con violencia en el cubo de basura cercano, sin poder creer la pesadilla que estaba viviendo. Las lágrimas se agolparon en mis ojos, y una sensación de desesperación me envolvió por completo. Mi mente se llenó de preguntas inquietantes, y no pude evitar pensar en lo que esto podría significar.

Dulce Veneno 3 (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora