Alany
Entre beso tras beso, no solo la temperatura corporal fue escalando a niveles abismales, sino también la necesidad de que hubiera algo más que simple fricción entre nuestras pieles y lenguas. No tenía idea de qué hacer o cómo mover los cables ante la tensión y la situación, pues jamás había llegado a esto con alguien, no sé si fue por eso que noté cierto desinterés por su parte, quizá fue debido al nerviosismo, pero no pude expresarle cómo me sentía, ya que salió de la habitación, dejándome completamente sola y desconcertada.
¿Acaso era la única que anhelaba algo más que solo besos? ¿Por qué su comportamiento cambió tan repentinamente? Fue ella quien me saltó encima luego de haber tomado la iniciativa. Tal vez desde el primer momento no tenía intenciones de llegar más allá conmigo. Después de todo, somos dos completas desconocidas.
Fijé la mirada hacia el computador y suspiré profundamente, recordando las palabras de mi tía. Tal vez debería tomar en cuenta su consejo y liberar por fin este maldito ardor que me consume desde dentro.
Se suponía que en mis fantasías, como en tantas ocasiones le había dado rienda suelta a la imaginación, mi tía haría acto de presencia, pero luego de esos besos, de los que aún persistía la sensación en mis labios, no podía sacarme su rostro de la cabeza.
Mis sábanas fueron fieles testigos de las veces en que esa droga tan potente desbordó hasta la última gota de mi entrega y pensamientos pecaminosos en los que esa mujer se coló.
Cuando desperté, sintiendo mejoría de los síntomas, oí la voz de una de las empleadas en el pasillo, quien murmuraba con alguien más. Al no ver que esa mujer regresó a la habitación, en piloto automático me levanté de prisa, pues mi tía podría haber aprovechado esa oportunidad de verla sola para hacerle quién sabe qué tipo de cosas.
Me cubrí con una bata para salir al pasillo, cuestionándole a ellas dónde estaba la mujer y ellas solo me dijeron que la vieron entrar con mi tía a su despacho, lo que me causó mala espina. No sabía si estaba a tiempo para intervenir en su interacción, tampoco sé de lo que sea capaz mi tía, a sabiendas de que esa mujer es hija de ese desgraciado que me drogó.
Mis piernas se congelaron al ver a dos de sus guardaespaldas custodiando la puerta. Era evidente que no quería que interviniera, pero no iba a quedarme de brazos cruzados.
Ellos se cruzaron en medio, impidiendo que pudiese entrar, pero usando las mismas técnicas que mi tía me enseñó, me sirvió para que no fueran un maldito estorbo para mí. Abrí la puerta de una patada, encontrándome con mi tía y mi mamá reunida, una en cada extremo de la mujer, quien tenía un filoso cuchillo en la garganta.
—¿Qué le estás haciendo, tía? Déjala. ¿Por qué haces las cosas tan difíciles? ¿Qué buscas sacarle? ¿No te das cuenta de que no puede hablar?
—Yo que tú no estaría tan convencida. En ningún expediente se habla de que Jolie, la hija de Gérard, sea muda. Si ella no coopera por las buenas, entonces me tocará hacerlo por las malas.
¿Jolie? ¿Así que ese es su nombre?
—Ya te dije que ella me ayudó.
—Y ya te dije que si realmente lo hizo de buena fe, entonces me dará la información que quiero y me va a revelar dónde está ese lugar al que te llevó esa rata. Hasta que no vea el cuerpo de ese gusano podrirse, no estaré tranquila.
Definitivamente no se va a rendir…
—Creo que te puedo ayudar. Tengo vagos recuerdos de la carretera donde una camioneta blanca nos seguía y de la cual Jolie logró zafarse. No recuerdo la ubicación de la casa, pero sí sé que es bastante cercana a esa zona. ¿Te sirve?
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Dulce Veneno 3 (EN PAUSA)
RomanceDecidir entre el amor y la razón nunca ha sido fácil, pero la decisión se complica mucho más cuando se tiene una serpiente al lado endulzándote el oído... Créditos a @Meganherzart por esta hermosa portada. ♥️