Su furia detonó en un milésimo instante, donde no pude siquiera prever o reaccionar a tiempo a su fuerte bofetada.
—¡A tu madre la respetas, perra insolente! —su expresión me causó terror, nunca la vi tan molesta—. Jamás había conocido a una mujer tan caprichosa y manipuladora como tú. Cada segundo que abres la boca, solamente te hundes y me decepcionas más. Defender a una maldita extraña, por encima de tu familia, es lo más bajo que puedes hacer.
Mi oído izquierdo solo captaba un agudo chillido, mientras que en la zona donde su mano golpeó con fuerza, un ardor y dolor incesable se agudizaba. Percibí el sabor metálico de mi propia sangre en la boca. Ella nunca se había atrevido a levantarme la mano y eso me dolió mucho más que el golpe.
—No vuelvas a golpear a mi hija, Hera — mi mamá se metió en medio de las dos, pero había decidido que no iba a quedarme callada.
—Ese es tu problema, que crees saberlo todo. Solamente te pedí que la ayudaras, que le dieras una oportunidad, pero solo buscas hacerle daño a toda costa por pensar que siempre tienes la razón en todo lo que tu mente calculadora crea. Pues no. Las cosas no son así. Dicen que el ladrón juzga por su condición. Pero no todos son iguales a ti. No todos son tan malvados como tú. No todos disfrutan haciendo el mal. No todos son igual de abusadores que tú. No todos deben hacer lo que tú digas. Aunque, después de todo, puede que me incline por esa opción ahora, porque es la que mejor me conviene. Una vez me dijiste que era el momento de que hiciera mi vida lejos de ti, que era parte de ser adulta. Fue el pretexto perfecto para alejarme de ti. Entonces, te tomaré la palabra. Me quedaré con el apartamento y tú dejarás a Jolie en paz. Lo considero un trato justo. Después de todo, es bastante obvio que lo único que te mueve y te interesa es tener a mi mamá exclusivamente para ti. Es todo lo que siempre habías anhelado. Ya no tienes que fingir que alguna vez me quisiste o que te importé. Tú misma lo dijiste, terminaste tu “trabajo” conmigo.
—No discutan más, por favor. No es el lugar ni el momento.
—Déjala. Permite que esa víbora malagradecida nos infecte con su veneno. Es ley de vida; cría cuervos y te sacarán los ojos.
—Este tipo de conversaciones se deben tener con cabeza fría. A veces decimos cosas que no sentimos bajo coraje, pero no permitan que esto altere nuestra paz. Yo… me siento entre la espada y la pared, no puedo recordar absolutamente nada y es frustrante no encontrar las palabras adecuadas para calmar esta situación, pero me duele mucho escucharlas hablar así. Es momento de estar unidas.
—¿Unidas? No. Si ella se quiere largar, esa es su decisión y su problema. A veces se debe tocar fondo para darnos cuenta de que poner la cabeza en un picador por alguien más, no siempre es lo más prudente o inteligente de hacer. Mañana mismo podrás largarte. Pero espero no te olvides de tu decisión y a la hora de la verdad, asumas tu responsabilidad y las consecuencias, como una verdadera mujer adulta lo haría. Llévenselas a la casa— con una mirada seria se alejó hacia la camioneta negra, encendiéndola y marchándose como alma que lleva el diablo, dejando las marcas de las llantas en la carretera como un símbolo de su enojo y disgusto.
Mi corazón se comprimió con esa última mirada que me dedicó. Por alguna extraña razón, tuve la sensación de que no la volvería a ver. Quizá sí había actuado de forma incorrecta y precipitada, más dije cosas que no debí haber dicho, pero ella me llevó a eso con su actitud. No le pedí nada más que no fuera comprensión y que fuera justa. Solo debía darle una oportunidad a Jolie, pero su orgullo no le permite ver más allá.
—Perdón por lo que te dije, mamá. Yo…
—No puedo recordar el pasado, así que no puedo refutar o juzgarte por todo lo que me digas. Opino que tienes razón de sobra para odiarme. No puedo esperar que me veas como una madre de la noche a la mañana cuando no estuve contigo en tus mejores momentos y cuando más me necesitaste. Creo que soy yo quien te debe una disculpa por no haber estado ahí, por haberte olvidado y ser incapaz de recordar cuando me enteré de que estabas creciendo en mi vientre o cuando te tuve en mis brazos por primera vez. Perdóname a mí por no ser esa madre que mereces.
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Dulce Veneno 3 (EN PAUSA)
RomanceDecidir entre el amor y la razón nunca ha sido fácil, pero la decisión se complica mucho más cuando se tiene una serpiente al lado endulzándote el oído... Créditos a @Meganherzart por esta hermosa portada. ♥️