***Serena***
—Los señores ya han llegado. —Nos informa Nancy.
La ansiedad por recibir a la nueva princesa de la casa es palpable. El aire está lleno de expectación y alegría. Tío Robert mencionó que, la noche anterior, Tía Vivian estaba inquieta en la cama, ansiosa por tener a su hija a su lado. Tengo total confianza en que mis tíos la amarán, la protegerán y la cuidarán de la manera que solo verdaderos padres sabrían hacer. Y nosotros, como familia, siempre estaremos a su lado, listos para ofrecer todo el apoyo y cariño necesarios.
Ayer pasé una noche increíble con mi bombón, fuimos a cenar fuera y luego al Space Needle, y cuando pensé que la noche había terminado, llegamos a casa y olvidé cuántas veces hicimos el amor. Uh, solo recordarlo me pone nuevamente excitada.
—Vamos a esperarlos en la entrada principal. Y ustedes dos, por favor, tomen un descanso de tanta melosidad. A este ritmo, terminarán con diabetes. —Bromea Lara, a lo que mi bombón simplemente rueda los ojos.
—Vamos, hermanita, no es nuestra culpa que estés soltera. Quizás deberías buscar un novio. —Provoca William, haciéndome contener la risa, especialmente conociendo los gustos particulares de Lara.
Nos posicionamos frente a la entrada principal mientras observamos una caravana de tres vehículos negros, con ventanas tintadas, acercándose. ¿Por qué la gente con mucho dinero se vuelve insegura? Porque el equipo de seguridad que acompaña a mis tíos, William y mi bombón es digno de envidia, incluso para el presidente de la República.
Solo Lara y yo todavía valoramos nuestra libertad, apreciando cada pedacito de ella. Finalmente, los autos se detienen. Tía Vivian es la primera en bajar, intensificando nuestra curiosidad. Del otro lado, Tío Robert aparece solo. Entonces, mi tía extiende la mano ayudando a una pequeña niña a salir del vehículo. Mi corazón late rápidamente y lágrimas surgen involuntariamente al presenciar esta escena conmovedora.
—¡Serena!
—¡Pippa! —Ella corre hacia mí y me arrodillo para abrazarla con fuerza. Sus manitas rodean mi cuello y no quiero soltarla. La tomo por el rostro con ambas manos y empiezo a darle besitos por la inmensa felicidad que siento, y ella se sonroja.
—¡Serena, me estás comiendo con los besos! —Bromea y todos nos echamos a reír.
—Es porque estoy muy feliz, cariño.
—¿Ahora somos hermanas? —Pregunta.
—Sí, ahora somos hermanas. —Respondo y me levanto, secando mis lágrimas.
Nuestra conexión es profunda. Aún recuerdo el día en que la Madre Superiora la encontró en la entrada del internado, delicadamente situada en una canasta con una carta que decía: "Cuídenla, su nombre es Pippa". Coincidentemente, era el día dedicado a Nuestra Señora de Inmaculada Concepción, y así, fue bautizada como Pippa Inmaculada. Esa ocasión me hizo reflexionar sobre el innumerable número de niños que son abandonados todos los días. Sin embargo, me consuela saber que, ahora, Pippa ya no está sola.
—¿Y acaso nosotros no merecemos abrazos también? —Pregunta Sam con una amplia sonrisa en su rostro. Ella se acerca a él y mi bombón la levanta como si fuese una bolsa vacía, ella le devuelve el abrazo y luego le da un beso en la nariz, lo que causa conmoción entre todos.
Saluda a Lara con un abrazo aún más fuerte y luego a William, jugando con su barba. William la pone en el suelo y ella corre hacia donde están mis tíos, y el Tío Robert la levanta.
—¡Madre mía, papá, tengo hermanos muy guapos!
—Todos son guapos, igual que tú, mi ángel. —Dice mi tía, comenzando a hacerle cosquillas en la barriga, y Pippa no puede controlar la risa y se echa a reír a carcajadas.
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SERENA
RomanceTras la trágica muerte de su madre y hermano menor en un accidente automovilístico, Serena Lawrence fue enviada a un internado católico. Su padre, devastado por el dolor, erróneamente la responsabilizó de la pérdida de aquellos a quienes amaba profu...