Narrativa del Autor
La sala fue tomada por un silencio estupefacto al ver quién acababa de cruzar la puerta. Steve Lawrence, desaparecido durante 14 años, estaba ante todos. Serena, al escuchar el nombre de su padre, permaneció inmóvil, sin mover un músculo. Era casi imposible creer que el hombre que la había abandonado, sin ningún remordimiento, ahora estaba a pocos pasos de ella. Su respiración se volvió errática y lágrimas rodaron por su rostro, incontrolables.
—Buenas noches a todos. —Saludó Steve con una voz firme.
—¡Steve, cuánto tiempo sin verte! —Exclamó Robert, aún incrédulo al ver a su viejo amigo.
Vivian asintió en respuesta al saludo, pero William y Lara se mantuvieron distantes y fríos. No era un secreto para nadie el desprecio que sentían por Steve, especialmente por el dolor que había causado a su hija. Lara, en un gesto de protección, se levantó y caminó hacia Serena, que seguía de espaldas a la escena.
—¿Qué estás haciendo aquí, Steve? —Preguntó Samuel, con un tono cargado de ira, claramente molesto por la presencia inesperada.
—Vine porque necesito hablar con mi hija. —Respondió Steve con cierta vacilación.
Serena, al escuchar esas palabras, reunió fuerzas y miró al hombre que, tras años afirmando que la odiaba, la llamaba de nuevo «hija».
—¿Dijiste «tu hija»? —Indagó William, con una mirada desconfiada.
—Exactamente, lo que escuchaste, hermano. —intervino Samuel con sarcasmo—. Después de abandonarla, sin siquiera una llamada, regresa como si estuviera en un cuento de hadas, diciendo que necesita hablar con «su hija».
—Hijos, por favor, cálmense. —Pidió Robert, intentando suavizar la tensión en el aire.
—Papá, no lo defiendas solo porque es tu amigo. Ninguno de nosotros necesita fingir que su presencia es bienvenida aquí. —Replicó Lara, con firmeza.
—No estoy aquí para discutir ni pelear. Vine para hablar con mi hija. —Dijo Steve, intentando mantener la calma.
—¿Qué quieres? ¿No fue suficiente todo el daño que me hiciste? —comentó Serena entre lágrimas—. No quiero escucharte porque en el momento en que más te necesité me abandonaste, así que ahora regresa de donde viniste y déjame en paz.
Steve sabía que se enfrentaría a una reacción así, tal vez incluso peor. Y, por doloroso que fuera, tenía que admitir que todo ese dolor era fruto de sus propias acciones. Intentó acercarse a Serena, pero ella rápidamente retrocedió, aumentando la distancia entre ellos.
—Hija, por favor escúchame.
—No quiero escucharte, ¡vete de aquí! —Respondió Serena gritando. Estaba tan alterada que Lara y Vivian intentaron calmarla, ya que esa agitación no sería buena para el bebé, pues los primeros meses de embarazo son los más delicados. Serena intentó pronunciar algunas palabras, pero terminó desmayándose en los brazos de Lara.
—¡Serena! —Gritó Samuel—. ¡Despierta, amor, despierta!
—¡Nancy, por favor, llama al médico! —Exclamó Vivian, y el ambiente en la sala se volvió tenso. Samuel delicadamente acomodó a Serena en sus brazos y la llevó a su habitación, con los hermanos siguiéndole inmediatamente. Mientras tanto, Robert y Vivian permanecieron en la sala con Steve.
—Steve, por favor, ven con nosotros al despacho. Tenemos mucho de qué hablar. —Dijo Robert. Steve asintió en acuerdo y siguió a la pareja Dalton. En el despacho, Robert hizo un gesto para que Steve se sentara, y tanto él como Vivian tomaron asiento frente a él.
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SERENA
RomanceTras la trágica muerte de su madre y hermano menor en un accidente automovilístico, Serena Lawrence fue enviada a un internado católico. Su padre, devastado por el dolor, erróneamente la responsabilizó de la pérdida de aquellos a quienes amaba profu...