Capítulo 43: Señor y Señora Dalton

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***Serena***

—Listo, mi amor, ahora estás limpio y mami te vestirá. —Digo jugando con la barriga de George, que está acostado en la cama para empezar a prepararlo.

Es uno de los días más importantes de mi vida. Hoy finalmente me casaré con mi bombón. Si me preguntan cómo me siento, no sabré decirlo. Es una mezcla de sentimientos y emociones que no sé explicar. Desde siempre he estado enamorada de Sam, lo quería solo para mí, y me prometí a mí misma que cuando fuera mayor de edad lo conquistaría. Nunca me di por vencida porque en el fondo sabía que él también sentía lo mismo por mí. Que también deseaba estar conmigo, como yo con él, y no me equivoqué.

Samuel me demostró que cuando hay amor verdadero, la persona puede cambiar para mejor, y eso es lo que le sucedió a él. Mi bombón dejó ese lado de Don Juan y se convirtió en hombre de una sola mujer. Me demostró de todas las formas posibles que su amor me pertenece. Que George y yo somos su razón de vivir. No buscamos una vida perfecta porque eso no existe, buscamos aprender de los errores para convertirnos en mejores seres humanos.

Cómo me gustaría que mi madre y mi hermano estuvieran vivos para ver este momento de mi vida. Siento una lágrima correr por la enorme emoción que siento. Un sueño hecho realidad.

La boda será aquí mismo en la mansión Dalton, y desde ayer esta casa parece un campo de guerra con tanta actividad. Tía Vivian contrató a una de las mejores empresas organizadoras de fiestas para encargarse de mi boda. Ella, Lara y la Tía Sophie, esposa del senador Vargas, están al tanto de todo. Les dije lo que quería y se encargaron de hacer el resto.

Nana Carolina quería vestir a George, pero me negué porque quiero ser yo quien lo haga en esta fecha especial. Termino de aplicarle su crema infantil, le pongo su pañal y luego comienzo a vestirlo con un pequeño conjunto blanco hecho especialmente para él, combinado con unos zapatos del mismo color. Mi hijo parece un angelito con esta ropa, le aplico un poco de su colonia y termino de arreglarlo. Lo levanto para ir al espejo y verificar la belleza que tiene.

—¿Ves lo encantador que estás, baby George? Después de mamá, serás el centro de atención. —Y él responde con una sonrisa hablando en su lengua, la única palabra que entiendo es «Ah, Ah, Ahm», y apuesto a que dijo que sí. Escucho golpes en la puerta y veo entrar a Nana Carolina.

—Mi niña, la peluquera y el maquillador ya han llegado.

—Puedes decirles que entren, George ya está vestido. ¿Ves lo hermoso que está mi hijo?

—Sí, muy lindo y encantador. Seguramente hará suspirar a las mujeres en el futuro. —Nana Carolina le ofrece una sonrisa antes de llevárselo con ella, y mi George, que ya la conoce muy bien, no duda en ir con ella.

Una vez que salieron, fui a ducharme para aliviar toda la tensión que se acumuló en mi cuerpo debido a los nervios que siento. Para facilitar las cosas y porque hoy sería un día muy ajetreado, ayer fuimos al SPA para cuidarnos y estar más relajadas hoy. Terminé de bañarme, sequé mi cuerpo y me apliqué mi crema corporal favorita. Luego, me puse mi lencería blanca de novia y un albornoz por encima. Cuando salgo, los encuentro esperándome.

—Todo listo, Serena. Ahora siéntate que tenemos que dejarte bellísima.

—¿Y quién se encarga de mis damas? —Sí, Lara, Beatrice y Jenny son mis damas de honor.

—No te preocupes, porque ya están siendo atendidas.

Comienzan a prepararme entre conversaciones y chismes. Matilde comentó que en las redes sociales no se habla de otra cosa. Después de lo ocurrido con baby George, él y yo nos volvimos famosos. Casi todos los meses, mi hijo y yo recibimos regalos de marcas de lujo. Hay tanta ropa que termino donando algunas por falta de espacio y porque los niños crecen en un abrir y cerrar de ojos.

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