Capítulo 5: Si No Vienes Por Mí, Iré Por Ti

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***Serena***

Pasaron los días y no podía estar más feliz, pues, ya había empezado las clases en la universidad y estaba bastante emocionada. Me hice buena amiga de dos compañeros de clase, Beatrice, una italiana pelirroja de estructura baja con un cuerpo muy bonito, un poco gordita y piel blanca como la nieve, pero no se siente hermosa porque su exnovio la dejo porque cree que es gorda y no sirve para él, es un hijo de puta que no conozco, pero ya odio, y James, un chico rubio de Texas, pero luego descubrí que es gay. Es solo que a los tres nos faltan algunos tornillos y creo que esa debe ser la razón de nuestra conexión.

Me encuentro en el patio de la universidad hablando con mi italiana pelirroja, y debo comenzar a platicar mi italiano con ella.

—¿Serena que harás este fin de semana?

—Tengo planeado ir al club con Lara.

—Entonces me voy con usted porque no tengo nada planeado para este final de semana, y tengo que aprovecharlo porque mi Padre viene a visitarme la próxima semana.

—El Papa viene a inspeccionar a su hija adorada. —Como me gustaría de saber dónde está mi padre. ¿Acaso no me extraña? ¿Me odia tanto así?

—Ni me hables Serena, ya estoy harta de que mis padres me traten como una niñita, mi madre me llama todos los santos días para saber cómo estoy.

—Mira Beatrice, tienes que estar agradecida por tener a tus padres contigo, y mejor ver cómo se preocupan por ti. Sé lo difícil que es crecer sin padres y, sinceramente, no se lo deseo a nadie.

—Lo sé Serena, pero hay momentos que me asfixian.

—Chicas, tengo un chisme muy fuerte que contar. —Comenta James recién llegado.

—Entonces habla de una puta vez James.

—Serena, Serena, Serena, cuida tu boca amiga, estás demasiada chismosa para mi gusto. Nos dijiste que creciste en un internado católico, pero tienes una boca muy sucia para alguien que fue criada y educada por hermanas y monjas. —Me pongo a reír ante su comentario

—James, mi querido amigo, mi boca, mis reglas, pero ahora habla porque mis orejas están a punto de explotar de curiosidad.

—¿Cuál es el chisme? —Comenta Beatrice

—Nuestro querido profesor de estadística se está follando las piernas largas de Jenny. Escuché en los baños. No me pidan más detalles porque no sé, solo escuché a los chicos a comentar.

—No dudo. Ella se ofrece al primero que se cruza en su camino. —Comenta Beatrice

—Esto sí que es un chisme de última hora. —Agrego yo y los tres echamos a reír a carcajada.

—Y pensar que este profesor desvergonzado está tratando de ganarse a Serena

—Beatrice mi Bambina, yo nunca que iría a fijarme en él.

—Menos mal Miss cadera. —Beatrice me llama Miss Cadera porque dice que tengo las caderas bien definidas.

—Bien chicas, es todo por hoy, ahora me voy porque tengo una cita con un guapo que conocí otro día en el peluquero.

—Uy, estás mejor que nosotras James. Después queremos los detalles. —Nada que comentar Serena.

—Adiós y vete a la mierda James. Mañana queremos el informe.

Me despidió de Beatrice porque ya había llegado Thomas para llevarme a casa, estoy cansada de las clases y un poco triste porque hacía días que no veo mi futuro sexy novio y tengo muchas ganas de volver a verlo. Durante el camino me quedo en silencio perdido en mis pensamientos porque de repente siento una tristeza al recordar mi familia, esas ganas de saber dónde está mi padre me va a matar, por más que quiero odiar a este hombre que me abandonó sin pensar dos veces no puedo. Yo siempre lo amé mucho y tenía un héroe en él. Muchas veces en el internado me preguntaba ¿por qué este abandono? ¿Por qué cargo con una culpa que no es mía? Hay muchas preguntas sin respuestas. Extraño mucho a mi madre y hermanito, todavía me acuerdo de cómo éramos una familia feliz, todas las veces que mi madre me cantaba para dormir y muchas cosas más. Tristemente, ahora todos estos ahora son recuerdos.

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