Capítulo 2: Reescribiendo Mi Historia

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****Serena****

Voy a camino a la mansión Dalton disfrutando un poco de la ciudad y pensando en la nueva vida que me espera. Tengo tantos planes en mente, pero el primero es que quiero ingresar en la Universidad a estudiar Economía y Relaciones Internacionales, como tanto soñé, y luego veré el resto.

—¡Thomas!

—¡Sí señorita!

—¿Están los Tíos en la mansión?

—Solo están la Sra. Vivian y la Señorita Lara, el Señor Robert tuvo una reunión de emergencia y actualmente se encuentra en la empresa con el Señor Samuel y Señor William viajó a Francia.

Hablé un poco más con Thomas quien me contó un poco de su vida y por fin llegamos a la mansión de los Dalton, ¡UFF que casa más hermosa y elegante! Es una grande mansión, con varias habitaciones, lujosa decoración y amplios jardines y una piscina gigante, con una zona gourmet bien decorada y preparada para recibir grandes fiestas. Extraño mi hogar en California. Quisiera saber si mi padre se quedó con la casa o la vendió. De pronto veo a Tía Vivian y Lara esperándome.

—¿Mi niña, cómo estás? —Tía Vivian me abraza calurosamente.

—Estoy muy bien Tía. ¿Y usted?

—Más feliz de verte ahora. Me alegro de que estés aquí con nosotros.

—¡Hermosa cuanto te extrañe! —Ahora habla Lara, mi mejor amiga y compañera de locuras.

—Yo también Lara, no sabes cuánto ya extrañaba nuestras locuras.

—Mira, qué bonita estás Serena. —Lara es mayor que yo, tiene veintiséis años y es pelinegra con los ojos azules, piel branca y un cuerpo muy bonito. Ella también es alta, debe medir al menos 1,70 metros de altura—. No más que tu amiga.

—De que hablas Serena Marie, mírate con ese cuerpo de sirena, esas hermosas curvas, esa cintura de matar cualquier hombre, ese magnífico culo y dime eso; Solo puedes estar loca mujer. —Empezamos a reír a las tres. Lara tiene razón, soy hermosa sí, y creo que muchos hombres apreciarán mi belleza.

Tengo la belleza de mi madre, tengo la piel color canela, los pelos castaños oscuros un poco ondulados, un rostro angelical y hermoso, no exagero..., labios bien delineados y carnosos y mis ojos son grises como mi madre y soy una mujer de estructura media. En resumen, Dios me bendijo con tanta belleza.

—Está bien, niñas vamos entrando. Serena hija, Robert y yo estamos muy contentos que quedarás viviendo con nosotros, usted sabe cuánto te queremos, para nosotros usted es como nuestra hija y nunca dude que te queremos mucho.

—Gracias, Tía, ustedes ahora son mi familia y prometo no defraudarlos.

—Vamos porque ahora te voy a mostrar su habitación. —Subimos las escaleras para irnos a mi habitación. Cuando venía aquí, siempre me quedaba en esta misma habitación, pero ahora mi Tía me dijo que hicieron algunos cambios y está más elegante. Cuando entré fue una gran sorpresa. Porque realmente ha cambiado mucho, la habitación está sumamente elegante y lujosa, con una cama enorme, un empapelado con adornos dorados, una alfombra marrón y el baño sin comentarios, todo muy hermoso.

—Tía, está todo muy bonito. No sé cómo agradecerte por todo. —Dije entre abrazo y lágrimas.

—No hay por qué agradecer a mi niña, lo hicimos con mucho gusto.

—Gracias.

Las dos mujeres me ayudaron a organizar mis cosas e instalarme en mi habitación, hablamos un poco más antes de bajar a comer porque unas de las empleadas de la casa había informado que acababa de llegar el Tío Robert.

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