14- Beso.

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Haltom

"¡MALDITO KARLOS!"

¡Esto tenía que ser una broma!, estaba a punto de besar la y ella estaba dispuesta a que lo hiciera, nunca se alejo y no se resistió, simplemente se dejó llevar. La estaba probando, cada vez que me acercaba y no se alejaba sentía sentía que tenían un punto a mi favor y cuando por fin la tenía cerca tuvo que llegar Karlos. ¿De donde diablos salió? ¿No se supone que tiene que tenía que estar en el gimnasio?.

La verdad estaba frustrado, quería besarla, lo hubiese hecho hace un buen tiempo si no hubiese tomado la decisión de ignorarme por dos semanas. Yo están consciente de que a ella le pasaba lo mismo que a mí, cada vez que la tenía cerca el corazón me amenazaba con salirse de mi pecho.

"Estoy totalmente indignado".

Creeme, yo también.

Una vez en el Gimnacio, Karlos a nuestra espaldas sono su silbato captando la atención de todos.

—Muchachos, hoy no tenemos prácticas por qué las chicas necesitan completamente el gimnasio— se los juro que pensé que iba a mencionar algo del pasillo.

—Sí—dijo Lorena— Ya para la próxima semana quedamos en que por tres miércoles el gimnasio es todo suyo.

—A si que todos ustedes pueden retirarse, menos Haltom— dijo Karlos— Tú te quedas un momento.

Voltee a ver a Helena y tenía toda la cara completamente roja.

—¡Muy bien!—dijo Manuel—chicos pueden retirarse a sus clases, Haltom sigue a Kalros y chicas a sus posiciones.

Hice lo que me ordeno y seguí a Karlos hasta una oficina que tenía el gimnasio. Era pequeña, estaba ordenada, tenías un escritorio grade, tres cillas y una estantería con libros de jugadas, pelotas desinfladas y mayas rotas para canastas.


—Toma asiento y escúchame una cosa...— dijo mirándome— Eres uno de mis mejores jugadores, de verdad, te desenvuelves en la cancha de una forma ágil y eficaz, tienes potencial Miller...

—Gracias profesor— dije en un tono frío— Pero yo sé que no vinimos aquí a hablar de mis cualidades, así que suelte lo.

El me miró con sierto desagrado y supe que no esperaba esa respuesta. Sabía que me había citado aquí para decirme que no me quiere ver con Helena, que era una distracción, que necesitabos concentración y para usted de contar.

—Que optimismo el tuyo— dijo rodeando la mesa para encarar me— Si quieres que valla al punto esta bien... Sí no quieres quedar por fuera en los próximos cuatros campeonatos que siguen, es mejor que obedezcas mis reglas...

"No me gusta el tono que uso Cristhobal".

A mí tampoco.

>>>...Helena es la capitana del mejor equipo del continente, y se ganó su puesto con trabajo y dedicación, la misma dedicación que necesita el lunes— Se acercó cada vez más y yo a su vez apreté los puños— No necesita una distracción, ni tu tampoco. Así que si los vuelvo a ver te olvidas de los campeonatos y el equipo ¿Está claro?.

Me hervia la sangre. Uno por qué me interrumpió justo cuando estaba a punto de comerle la boca y Dos por qué me estaba amenazando con sacarme del equipo si volvía a intentar lo.

"¡A la mierda Cristhobal, tenemos que besarla!".

Sí, y juro por mi vida que en la próxima no se me me escapa.

—¿¡Está claro!?— repitió con un poco más de fuerza .

—Sí— dije enfurecido mirándolo todavía a los ojos.


Para mí suerte su teléfono empezó a sonar. Y ahí fue donde corto el contrato visual que tenía conmigo y atendío si teléfono.

—Dame un segundo— se salió y me dejó en la oficina un momento.

Empecé a mirar todo, cada detalle que tenía y algo le llamo la atención, junto a la puerta estaba un tablero de llaves que tenía un papel pegado que decía "Copias del gimnasio".

Interesante....

Minutos después volvió el profesor.

—Tengo que irme— dijo recogiendo su cosas— Espero no volver a tener que hablar contigo de esto.

—No se preocupe.

Salí junto con el de la oficina. Le Heche una mirada al las chicas que estaban bailando y vi que tenían en es instante a Helena dando miles de vueltas en el aire. De verdad que ese tipos de bailes eran increíbles, y más si los comandaba Ella. De la nada salieron mis hermanas dando volteretas sincronizadas ¿Desde cuándo esas mocosas sabían bailar de esa forma y dar vueltas en el aire?, las ignore seguí mí camino.

Dos horas más tarde sonó el timbre anunciando la hora del almuerzo, fui a la cafetería y ahí estaban los muchachos. Fui por mi bandeja y me senté con ellos a hablar de cosas del equipo. Cinco minutos más tarde llegaron las chicas sin Helena y se sentaron en la mesa al lado de nosotros, los muchachos unieron las mesas y hicimos una sola.

¿A dónde se habrá metido? ¿Enserio piensa volver a esquinarme después de lo que estuvo apunto de...

"Ahi está, deja de llorar".

No estaba llorando.

"Sí, ajá".

Para mí suerte la única silla que quedaba era una a mi lado. Su Hermana hecho una ojeada y cuando la vio y me vio no me sorprendió que me dedicara una sonrisa.

—¿Está ocupada?— dijo y yo negue con la cabeza.

Se sentó a mi lado y todos empezamos a hablar. De vez en cuando ella me miraba de reojo, yo por otra parte si no deje de mirarla fijamente, tenía tantas ganas de tomarla por el cuello y plantarle un beso en frente de todos pero era muy precipitado.

"¿Por qué no la sacas de aquí?".

¡Oye, eso es una buena idea!, Pero no puede decirle así sin más frentes de todos que me siga.

"Envíale un mensaje".

Aveves si sirves para algo.

"Claro, vivo dentro de ti".

Ignore mi conciencia, tome mi celular y le mandé un mensaje.

"Ven al pasillo que está junto a la biblioteca".

Cuando guarde mi celular me percate de que ella no llevaba encima el suyo. recogí mis cosas, aproveche que ella estaba de espalda y menacreque un poco para decirle casi al oído algo que ella escuchará solamente.

—Revisa tú celular.

Trece de Abril.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora