55- Preocupación.

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Helena

"Yo estaba estuve buscando esa camiseta, amor, jeje".

Me dijo después de ver la foto que le mande con una de sus camisetas preferidas y cuando digo prefererida es preferida. Era una de las que más llevaba al instituto cuando no tenía puesto el uniforme, era una camiseta negra con una serpiente en la parte de atrás, a mí le quedaba super grande y es que no solo esa, toda la ropa de Haltom me quedaba grande pero, igual me la colocaba y más para dormir.

—"La tengo desde los tatuajes, fue la que te quitaste en la fiesta".

"Tú clóset está lleno de mi ropa".

"¿Algún problemita con eso?".

"No, ninguno".

"Solo recuerde lo que le dije una vez de que te lleves, te lo quitaré a ti el doble ".

Dios mío, no pude contener la sonrisa perversa de mi rostro. Eso que me dijo por mensaje era cierto, cuando te la la fiebre se quitarle los suéters. Aunque tengo que admitir que eso no me iba a molestar para nada.

"No nos molestará, querida".

Cuando iba a responderle el mensaje mi madre entró a la habitación.

—Hola, hija— me dijo— ¿Y esa sonrisa?.

—Estaba hablando con Haltom, mamá— Le dije mientras le daba un espacio en mi cama para que se sentará y colocaba mi celular a un lado.

Ella sonrio pero pude notar en su mirada que algo andaba mal.

—Eso es gratificante.

—¿Sucede algo, mamá?— No pude evitar preguntarle— ¿Hay algo que no me has dicho, mamá?.

Ella lo pensó un momento antes de hablar, miraba hacia ambos lados como si atenta a que alguien escuchara, de un momento a otro se puso nerviosa y por fin hablo.

—No me gusta para nada la situación que está viviendo Anne con Osmir, a veces pasan días peleados, hay otros en los que están reconciliados, a veces Annie llega a las tres de la madrugada llorando porque peleó con Osmir y hay otros días que a la misma hora se va para su casa— no sé porque algo me decía que era precisamente de Anne quien quería hablar mi mamá.

A mí tampoco me gustaba esa situación pero Haltom y yo decidimos no involucrarnos más, eso nos estaba costando nuestra relación, los problemas de ellos estaban afectándonos a nosotros y no era justo que ellos a los días estuvieran bien y nosotros pasáramos semana sin hablarnos por culpa de ambos. Ellos eran grandes y ya saben lo bueno y lo malo, no necesitan a alguien que esté atrás de ellos.

—Tranquila, mamá— le dije mientras le colocaba una mano en su hombro— Esos son procesos por los cuales pasan los adolescentes.

—Lo sé, pero tu padre y yo nunca hacíamos esas cosas, tu padre y yo no peleábamos de tal manera ni hacíamos como si nada los dos días— me dijo— Al igual que yo no veo a Haltom peleando contigo todos los días o viceversa.

—Tienes razón, mamá— En realidad sí tenía razón pero tenía que hacerle entender que eso ya no nos compete a nosotras— Pero no todas las relaciones son iguales.

Trece de Abril.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora