58- Trece de Abril.

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Haltom

De verdad que Anne se la comió con esa llamada. Yo estaba apunto de salir a buscarla, su voz se escuchaba aterradísima, también podía escuchar como se estaba corriendo en la calle, su respiración agitada y una voz forzada.

Después de que me llegó el mensaje y me estaba replanteando cuántas veces iba a mandar los a la mierda cuando los vea, nos fuimos a mi habitación nuevamente, yo me tiré en la cama tratando de pasar el susto, en corazón se me iba a salir por la boca. Me puse el ante brazo en la frente y me quedé un rato con los ojos cerrados y derrepente sentí a Helena ensima de mí, cuando colocó su trasero en mi estómago sentí como me estaba poniendo la idea de que no llevaba nada debajo, la mano que tenía libre la metí por el pantalón y la dejé en su trasero.

Ella empezó a besarme el cuello repentinamente haciendo que se me erizará la piel.

—Amor...— le advertí.

—¿Mmmm?

—Detente.

—No quiero.

—Tampoco quieres esto.

—¿Como estas tan seguro?— me dijo mientras dejaba su mano en mi miembro por encima del pantalón— Desde que te fuiste estuve pensando muchas cosas.

Les juro que si sigue no habrá nada que me detenga.

—Que tipo de cosas— le pregunté y ella empezó a desabrochar mi cinturón mientras pegaba sus labios con mis míos.

Tenía dos meses sin besarla y sentía como mi alma se llenaba al juntarse su lengua con la mía.

Después de desabrochar me el cinturón ella metió su mano dentro de mi pantalón con una agilidad asombrosa dejándome paralizado por su tacto.

"¿Que te pasa Cristhobal? ¡Tu no eres así!".

Sí, yo no soy así, no se qué me estaba pasando, no se por que no puedo moverme.

—En que quiero que cumplas eso de dejarme sin ninguna prenda de ropa.

Cuando ella dijo eso no se de donde saque la fuerza suficiente para estampar la contra mi cama y subirme ensima de ella.

—Necesitas un requisito muy importante para yo cumplir te.

—¿Y cual es?.

—Dejarme terminar.

Ella pareció pensar lo pero en menos de dos segundos asintió. Yo no lo podia creer, ella acepto a que yo terminará con lo que empezara.

De un tirón le quite la camiseta y de otro los pantalones y la dejé desnuda delante de mí, era cierto eso de que no llevaba nada debajo de la ropa por que vi toda su ropa en un cajón del armario. Tenis una mezcla de emociones intensas, en ese momento estaba experimentando una gran excitación y deseo por estar dentro de Helena cuanto antes, al mismo tiempo sentía una cierta dosis de nerviosismo y ansiedad por querer asegurarme de que todo salga bien y de satisfacer las expectativas de ella, más sin embargo, en el fondo, prevaleció un profundo sentimiento de amor y conexión emocional, sentimiento que sabía que hará que este momento sea aún más especial, así que supe cómo empezar.

Yo mismo me quite mi camiseta y desde esta perspectiva pude observar como Helena se mordía el labio.

"Ella está dispuesta a muchas cosas hoy, se le nota en la cara".

—Helena ¿Estás segura?.

—Sí.

—¿Segura?.

—¿Por que lo preguntas tanto?.

Trece de Abril.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora