24- Una semana.

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Haltom

Desde ese día en el que Helana se quedó conmigo han pasado más de ocho semanas. En los cuales Helana y yo literal vivíamos juntos o íbamos juntos a todos lados, a las personas ya no se les hacía raro mirarnos juntos o agarrado de las manos, o entrando abrazados al salón o saliendo a entrenar juntos, ya nos conocían como "novios".

Desde esa noche llegaron muchas más en las que ella se quedaba a ver peliculas, a charlar, a jugar en la consola de video juegos conmigo y una que otra vez a dormir (Pero a dormir ¿ok?).

Mi padre ya estaba acostumbrado a ver Helena y a Anne en casa.

Como ya saben, Anne es la novia de Osmir y papá la conocía como tal.

Hoy se cumplían ocho días en los que Helana y yo no nos veíamos si no en clases o en la cafetería, empezaron a intensificar se los trajos asignados y ambos estábamos enfocados en ellos.

Estaba terminando de revisar mis apuntes cuando la puerta de mi habitación se abrió de repente, cuando alcé la mirada me quedé totalmente petrificado al verla ahí parada con dos vasos de... No se... Me valió madres, solo se que ella estaba ahí, Helana estaba en mi habitación. Se acercó corriendo con una sonrisa, dejo la cajita con los vasos en la mesita de noche y se tiro ensima de mi en la cama. Realmente me encanto su abrazo, lo necesitaba, eran ocho días reclamente estresantes, yo soy aplicado en mis trabajos pero el equipo de básquet, las tareas y no verla me estaban volviendo loco.

—Dime que no estoy delirando— dije enterrando mi cabeza en su cuello y oliendo su perfume Victoria's Secret que me volvia loco.

Baje mis manos por su espalda, me detuve en sus caderas y la pegue con fuerza de mí.

—No, soy un alma maldita que tomo la forma de Helana Williams para poseer te— dijo separándose un poco de mí y colocando sus manos en mi cara

—¡Auxilio, Marthita!— dije en forma de burla y ella empezó a reírse a carcajadas— ¡Quiere poseer me un engendro del mal!

Entonces lo que ella hizo a continuación no lo vi venir, colocó ambas rodillas al lado de mi tronco y se sentó en mi estómago, llevaba puesto un conjunto rojo de falda de vuelo con un top que llegaba hasta los hombros dejándolos descubiertos al igual que su clavícula  y sus piernas.

"¡No mires, no mires, no mires, no mires!"

Dios mío no puedo mirarlas, voy a perder el control.

No se los voy a negar, Helana y yo hemos compartimos momentos increíbles juntos, pero cuando me besa siento que quiero más.

Cuando vivía en California tenía una vida sexual activa y cuando me mudé a Maynard no había tenido nada con nadie.

Entonces viene esta Muñeca y se sienta ensima de mi de esa forma con la ropa que llevaba puesta haciendo que yo perdiera el control, pero eso no era todo, ella se inclinó para besarme y cuando creí que llegaría a mi boca desvío su camino a mi cuello y empezó a dejar pequeños besos en el, de inmediato pase una de mis manos que tenía en su cadera hasta uno de sus muslos y la apreté.

—Helena...— dije advirtiendo le pero también disfrutando de lo que ella hacía— Estás jugando con fuego... Para...

—¿Ah sí?.

Trece de Abril.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora