Capítulo 50

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Heeseung fue una pieza clave para encontrar al dealer de Jay. Una vez que fue a visitarlo a Seúl, Jay le pidió que lo acompañara a comprar. Heeseung tenía una memoria increíble y pudo ayudar a la policía a localizar al sujeto.

Lo encontraron gracias a una emboscada que le tendió la policía, lo llevaron a la comisaría, le hicieron más preguntas y encontraron lo que buscaban. 

El tipo dijo que un chico alto y delgado con un lunar en la nariz le había dado una buena suma de dinero para que le vendiera cocaína adulterada a Jay específicamente. No se negó ya que la paga era muy buena y el chico le aseguró que nadie se daría cuenta, que Jay no volvería a molestarlo. 

Le salió bastante mal. 

Jay despertó y estuvo solo por un par de días, hasta que Heeseung y Jake llegaron a visitarlo. Heeseung cargaba un ramo de flores y Jake un peluche de un conejo con una descripción de "mejórate pronto". 

– Chicos... – susurró cuando estos entraron a su habitación. 

– Te odio un poco, sí – dijo Jake dejando el animal de peluche en una repisa que había por ahí-. Pero no significa que no pueda perdonarte nunca, al final dijiste la verdad, ¿no? – sonrió mientras se acercaba para darle un abrazo. Jay rio y aceptó el abrazo con cariño. 

– Creo que la policía te ha comentado acerca de lo que le pasó a tu dealer, ¿no es así? – preguntó Heeseung mientras veía a sus amigos reconciliarse. 

– Me comentaron algo de quince años de cárcel – dijo Jay mientras soltaba a Jake. 

– ¿Y te dijeron que puede pasarte a ti? – preguntó Jake.

– ¿A mí? 

– Jay, consumías y comprabas droga, eso está penado igual – dijo Heeseung-. Pueden darte hasta diez años de cárcel. 

– ¿En serio? – Jay palideció. 

– Eres la víctima aquí, pero también pueden inculparte por eso – Heeseung suspiró-. Diles a tus padres que te consigan un buen abogado porque... 

– No es necesario – dijo una mujer alta en la puerta de la habitación. 

– ¿Mamá? – dijo Jay mirándola. 

– Niños, ¿pueden esperar afuera en lo que hablo con mi hijo? – dijo la mujer tratando de sonar amable. 

Heeseung y Jake dejaron los regalos que llevaron para Jay en una mesa que había en la habitación y salieron a la sala de espera. 

🌤️🌤️🌤️

– ¿Dónde está papá? – preguntó Jay mirando a todos lados, menos a los ojos de su madre. 

– Sigue en Chicago, todavía no terminaba de acordar unas cosas con los directivos. 

– Vaya, como siempre les importa más un negocio que la salud de su hijo – dijo Jay con algo de resentimiento. 

– ¡Estás loco! – la madre de Jay se acercó intimidante-. ¿Cómo se te ocurre tomar drogas? 

– ¿Sabes, mamá? – Jay sentía miedo, pero sintió la necesidad de desahogarse-. Llegaste a la plática de drogas muy tarde, desde que me mudé a Seúl estoy en eso, ¿y sabes por qué? 

– ¿Estás diciendo que deberíamos traerte de Seúl a casa de nuevo? 

– No me cambies el tema – dijo Jay mirándola a los ojos-. Quiere decir que nunca me sentí más miserable en toda mi vida que cuando viví en Seúl. 

– No seas malagradecido, nunca te faltó nada – su madre negó con la cabeza lentamente. Sentía culpa, pero no iba a demostrarlo aún. 

– ¡Me faltó cariño! – alzó la voz-. Ustedes creen que solo por compensar ese afecto con cosas caras iba a resultar un poco como ustedes, pero no es así. Nunca voy a ser como ustedes – miró a su madre con los ojos llenos de lágrimas, pero no iba a detenerse-, siempre quise pasar un cumpleaños con ustedes, un domingo por la tarde estando con su compañía, no con el personal de servicio. Nunca estuvieron para mí, y me duele mucho ser lo que soy a día de hoy, pero ustedes me hicieron como soy, alguien manipulador, abusivo y sin responsabilidades emocionales. 

– Jay, lo siento mucho – dijo su madre limpiando sus ojos-. No sabíamos todo el daño que hicimos, es complicado de explicar y de entender, pero podemos arreglarlo, hijo. 

– ¿Sabes? – Jay rio-. Quiero que sepas que los perdono. 

La mujer sonrió de vuelta y se acercó a abrazar a su hijo. 

– Vamos a salir de esto, hijo. 

– Sí, mamá – hacía bastante tiempo que no abrazaba a su madre. Pero este abrazo se sentía diferente. Se sentía real. 

El doctor entró a la habitación mientras madre e hijo se separaban. 

– Jay, quería avisarte que ya no es necesaria la observación, puedes irte a tu casa después de que tu madre firme algunos papeles, ¿hay algún otro servicio que te interesaría del hospital? 

Jay miró a su madre y esta sonrió, asintiendo con la cabeza. 

– Quiero saber acerca del programa de rehabilitación, y de ayuda psicológica, por favor.

⊹ᰔ  Happier Than Ever ✧˖° Jaywon ₊˚⊹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora