Arterys no sabía cómo podía haber salido todo tan mal. Terriblemente mal, si debía ser sincero. Pero entablar una relación con Novara cuando no podía contarle absolutamente todo, implicaba mentirle constantemente sobre ciertas situaciones, aunque él prefería decirse a sí mismo que solo omitía la verdad.
¿Pero cómo podía abrirse a ella? Novara era un caos y un misterio. Contarle algo significaba no saber qué consecuencias tendría, si decidiría apoyarle o generaría entre ellos un nuevo sentimiento como bien era el rechazo.
—Ya debería estar de vuelta. —Volvió a recordar Arterys mientras deambulaba de un lugar a otro observando el bosque.
—Seguramente esté de camino, no te preocupes.
—Es imposible que se haya alejado tanto como para no estar aquí a estas horas. — Arterys no tardó en acercarse a los caballos y comenzar a cargar todas sus pertenencias. No iba a esperar más tiempo.
—Arterys, sabemos cómo es Novara. Si nos la encontramos mientras está de vuelta se enfadará más con nosotros por creer que no puede cuidarse sola.
—¡Pero es que no sabe cuidarse sola! —Gritó Art con cara de pocos amigos.
—Art...
—Lo sabes tan bien como yo, es demasiado impulsiva. Terca como una mula, incontrolable, contestona...
La risa de Zelik le sacó de su reciente enfado como una bofetada, lo que provocó que sus ojos se posaran sobre su amigo que se acercaba a los caballos para rebuscar algo entre las alforjas que estaban sobre el corcel del chico.
—¿De qué te ríes tanto? No estoy diciendo ninguna mentira y...
—Y tiene gracia que estés tan ciego con lo que respecta a ella. —Zelik se encogió de hombros para sacar unas viejas hojas de papel y una pluma con la que podría escribir.
—¿Qué estás diciendo? —Art se cruzó de brazos mientras esperaba, apoyado sobre su corcel negro alguna señal de que la chica volviera. —Si vas a seguir con la tontería que has dicho antes...
—¿Cómo puedes negar lo que es tan evidente? Novara y tú tenéis algo extraño cuando estáis juntos, incluso cuando no lo estáis. Hasta yo lo veo amigo mío, algo baila entre vosotros como un fantasma, como una cuerda que os une quieras o no.
—Eso es absurdo, el corte no se ha cerrado por más que ella crea que sí. No funciona de esa manera, debemos mezclar nuestras sangres a voluntad.
—No estoy hablando del corte. —Le cortó Zelik mientras comenzaba a escribir una carta para Hara contra la alforja. —¿Por qué siempre te alejas de ella? Ni siquiera te has esforzado por ser su amigo.
—¿Para qué?
—Arterys, soy yo. Te conozco desde que Hedas nos arrastró por los tobillos hasta este infierno. Conocí al niño que eras y en la sombra que te has vuelto, así que no disimules, deja de ocultarte bajo esa fachada. Por una vez, ábrete conmigo.
—Abrirme... ¿Por qué iba a hacerlo? ¿Qué tendría yo a cambio? —Los ojos de Arterys miraron el cielo en el que la noche ya desaparecía y la luz comenzaba a gobernar sobre ellos. —Nadie se queda con el huérfano, con el pirata, con el ladrón.
—Nosotros sí, somos un equipo, somos familia.
—Ella no, Zelik. —Las palabras de Arty salieron de sus labios con sinceridad, con dolor y tristeza. Como si ya hubiera asumido la realidad antes de conocerla—. Jamás se quedaría con alguien como yo.
—¿Cómo sabes eso? Ni siquiera has intentado estar a su lado más de lo necesario.
—Porque las princesas no se quedan con los ladrones, nadie se queda con nosotros. Tú has tenido suerte con Hara, de alguna manera estáis en el mismo punto, pero Novara y yo jamás podremos estar así.
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Los Secretos del Rey ❘ Libro 0.1 Precuela ❘
Fantasy|Novela COMPLETA| Vanora Cadogan y Argel Gallander no tienen nada en común. Ella es la princesa de la Corte Norte, un lugar frio y desolado y él un príncipe pirata de la Corte Sur. Es entonces cuando sus destinos se ven unidos y todo cambia. Argel...