Capítulo 43 ❆

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El cuerpo de Novara salió volando contra las paredes de piedra que resistieron a su primera explosión. Las costillas crujieron bajo su piel y su espalda aulló de dolor en cuanto cayó contra el suelo. A unos metros se encontraba Greryus Crane, tosiendo sangre sobre el suelo y una parte de ella, aunque deseaba que hubiera muerto, también se alegraba de que siguiera respirando, porque pensaba matarlo con sus propias manos.

Había dejado salir parte de su magia en cuanto las manos de esa sucia rata se habían puesto sobre sus brazos, y aunque creía que aquello iba acabar con ella y la mitad del castillo, tan solo los mandó volando y destrozó el ala suroeste de la edificación. Sus huesos ardían por el esfuerzo y sentía el cuerpo entumecido ante la reciente liberación de su magia en masa. Tardaría en recuperarse, en volver a reunir la magia suficiente como para explotar de nuevo y destruir el castillo entero, por lo que debía ganar tiempo.

—Serás puta...

Novara se incorporó sobre los codos para ver como el hombre se ponía en pie, arrancándose la metralla de madera que se había clavado en su cuerpo sin piedad alguna. Deseaba que algunos de aquellos trozos de madera se hubieran clavado en su garganta, que hubieran acabado con él en el momento de la explosión, pero ese hombre era como una cucaracha.

—Si no quieres que destroce tu castillo, será mejor que huyas antes de que te haga volar a ti también por los aires.

Lentamente y con los huesos y músculos gritándoles piedad, Novara quiso ponerse en pie y observó cómo sus rodillas estaban flexionadas y era incapaz de erguirse del todo. Su mano seguía supurando aquel veneno, que la mantenía aturdida, mareada incluso a tal nivel que debía obligarse a sostenerse en la pared para no caer al suelo.

—Si crees que voy a irme sin ti estás aún más loca de lo que creía. Eres mi premio.

—Ya has visto lo que soy capaz de hacer, si te acercas a mí tu castillo simplemente desaparecerá.

—No tengo miedo a una niña descontrolada. —El hombre se arrancó otro trozo de madera que provocó que su brazo sangrase más, pero sin importarle y disimulando perfectamente su dolor, comenzó a caminar hacia ella arrancándole una espada a una armadura que decoraba parte del pasillo—. Solo debo esperar a que el veneno te aturda lo suficiente como para que quedes inconsciente. Entonces, serás mía.

—Antes que caer en tus sucias manos, lord Crane, me tiraría al vacío.

Sus ojos viajaron a la zona descubierta que antes había sido el despacho del hombre y que ahora gozaba de unas exquisitas vistas al bosque de su lejanía. Las montañas del norte podían vislumbrarse en la niebla que se alzaba en aquella dirección, en los picos nevados que daban la bienvenida a todo aquel que se quisiera adentrar en aquella corte.

Una vez en pie, supo lo que debía hacer, no había vuelta atrás. Ella misma se había internado en la boca del lobo y ahora era su responsabilidad salir con vida.

Desde su niñez había soportado a tipos como él, como Greryus Crane que creían que tenían la potestad de tratar a cualquier dama con renombre o sin él como les pareciera oportuno, pero aquello estaba por acabarse. Pondría fin a aquella sarta de sandeces que los hombres del norte creían decir como verdades absolutas, como si tuvieran derecho a ellas.

Aun recordaba como una pesadilla aquella noche en la Corte Sur cuando Greryus Crane la agarró del brazo y trató de arrastrarla a alguna habitación del castillo para hacer quien sabe los Ementals qué. Zalnar Gallander la salvó de la situación, la sacó de lo que podría haber sido la peor noche de su vida. Y ahora debía devolverle el favor, mostrarle al mundo y a los hombres, que ya no era una niña.

Los dedos de Novara rodearon con más fuerza sus armas y aunque estaba dispuesta a lanzarse a degollarlo, a desvanecerse en dos pasos antes de llegar a él, sintió un extraño impulso a mirar hacia el vacío que ella había creado en el castillo. Los gritos del patio resonaron con fuerza y los cascos de cientos de caballos resonaban en la distancia. Una batalla se avecinaba.

Los Secretos del Rey ❘ Libro 0.1 Precuela ❘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora