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Miro mi anillo de compromiso mientras me aferro a la barra del carrito de compras del supermercado chino

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Miro mi anillo de compromiso mientras me aferro a la barra del carrito de compras del supermercado chino. Los pequeños cristalitos brillan y refractan la luz, haciéndolo lucir más elegante y sofisticado de lo que parece.

Cuando volví de España durante la primera semana de enero lo primero que hice fue mostrárselo a Julieta, mi amiga. Pensé que ella saltaría de felicidad, que gritaríamos como dos locas desatadas y por fin me daría las palabras de aliento que necesitaba para convencerme de que estaba haciendo lo correcto.

Su simple "felicitaciones" me dejó de una pieza.

Ese mismo día, ella se fue a cenar con unas amigas y yo me quedé sola, en nuestro dúplex, preguntándome qué le pasaba. Al día siguiente, reconoció que se sorprendió, que creyó que estaba "apresurándome".

¿Pero qué era lo que tenía que pensar? Ella misma se había mostrado super contenta cuando Juani se arrodilló en nuestra casa. Ella misma me hizo pensar en cuál decisión era la correcta.

No la entiendo.

Escuchar a Juani defendiéndome ante Teresita terminó por consolidar mis sentimientos hacia él. No es que no supiera que lo amaba, pero se la estaba jugando por mí, peleando a capa y espada contra la "reina madre" de su casa.

Ir de compras los sábados es mi normalidad en Buenos Aires, aunque lo que no es normal, es estar en el mercado del barrio de mi mamá, al que solía ir con Zeke cuando Juani estaba en Europa y el pedido de casamiento no estaba en mi cabeza.

Han pasado tres meses de mi regreso y él no sabe, al menos no de mi boca, que tenemos pensado casarnos el próximo año, probablemente cerca de la fecha de cumpleaños de Juan Cruz.

No sé por qué ni siquiera se lo dije.

O mejor dicho, no sé por qué no quiero decírselo. Tiempo presente.

Aparentemente, Juani tampoco abrió su boca, caso contrario Zeke hubiera reaccionado, ¿no?

En la estantería de los lácteos, miro las etiquetas sin leer, perdida en mis divagues mentales y mi inquietud con respecto al tema.

Hoy por la mañana desperté temprano con la intención de ir a casa de mi madre y esperarla con la comida lista. He aprendido varias recetas a partir de mi vida independiente y no he intoxicado a nadie hasta ahora.

De más está decir que no tomó a bien mi decisión de irme a España; si bien estaba de acuerdo con el compromiso, supuso que el casamiento se desarrollaría más adelante.

―Pensé que se casarían una vez que le ofrecieran algo en Argentina―se mostró decepcionada. Fidel, en cambio, fue más reflexivo, confiando en que sabríamos cuál era la mejor decisión para ambos.

―No, pretende ubicarse en un nuevo club de Europa ―Para ese entonces, tragué con el sinsabor de haberme enterado un día antes de viajar a Buenos Aires que se llevaba a las patadas con su entrenador y que su padre le estaba buscando otro club.

"Algo más" -Completa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora