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Por casi diez días supimos encontrar un punto sano y amable

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Por casi diez días supimos encontrar un punto sano y amable.

Después de comer el helado en casa, no volvimos a desnudar nuestros sentimientos. O a tratar cualquier tipo de desnudo para el caso.

Hubiera querido guardarme algo para mí, pero no pude; fueron años de secretos, de contenerlos bajo siete llaves. Puede que el cierto momento le haya hablado acerca de querer estar con ella, pero nada comparado con la confesión abierta y en crudo.

¿Cómo fue capaz de irse después de verme con Celeste aquella primera vez? Llámese destino, karma o puta mala suerte, ese evento cambió el transcurso de las cosas.

De haber tocado la puerta, Celeste se hubiera ido y quizás solo nos hubiéramos visto para la entrega de su bendita vitrina.

De haber entrado, hubiera marcado territorio y yo no hubiera tenido ojos para otra persona.

De haberme sido honesta, de haberme dicho que quería arriesgarse conmigo apenas hicimos el amor, todo, absolutamente todo, hubiera ido en otra dirección.

Ya es tarde.

Se ha casado hace casi dos años y medio, está inmersa en una horrible crisis matrimonial y su esposo no deja de hostigarme preguntándome por ella. Hace cinco días que me escribe a diario para que le informe - como si fuera su detective privado -, qué es de su vida.

Ignorando la confianza que nos une a Coni y a mí, ha suavizado los verdaderos motivos que los separó, enmarcándolos en una simple "discusión" y  en un intento de "limar asperezas".

Escuchar cuánto quiere Coni tener un bebé fue inesperado; el lamento en sus ojos ante la negativa de Juani, el dolor del anhelo propio que no responde al deseo ajeno la está quebrando.

Que tuviera un hijo con él, marca los límites más a fuego.

Mis respuestas a sus preguntas son vagas, escuetas, cosa que no le llama la atención ya que no soy un gran hablador, mucho menos en lo que se refiere a relaciones; sabe que estoy cargando con mi propia cruz, que soy un remolino de sensaciones y que Celeste es parte de la mezcla.

Celeste es una mujer excepcional con un plan muy claro en el que no encajo. No porque no quiera, sino que no los quiero con ella.

Llámenme caprichoso, iluso, caso perdido...pero mi amor por Coni es la peor y más dulce de las torturas.

Crujo mi mandíbula con la imagen de ella en mi sofá, desparramada bajo mi cuerpo, a punto de entregarme el suyo. Ese beso en mis costillas que debilitó mi rodillas y me hizo flaquear; supo qué significaba y de eso se trata la magia: todo responde a una conexión que no necesita de explicaciones.

―¡Zeke!¿Hola? ―Cierro los ojos y apago la caladora ante su grito. La voz de mi amiga a lo lejos me indica que ha llegado y la idea de ir al estudio de tatuajes de mi amigo, al que apodamos Bengala, - mote que se ganó porque es tan gruñón que decimos que explota de la nada - no se ha borrado de su cabeza.

"Algo más" -Completa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora