Bullying, Capitulo 22

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Capítulo 22.

Esa noche Perú tenía miedo.
Aquel vacío, aquello inconcluso que no lograba descifrar de que se trataba, los silencios deprimentes, la mirada perdida, el sentimiento del ¿porqué? lo acompañaban en aquella noche ceñida de aquel silencio ensordecedor. no había una razón en específico para tener miedo o estar triste, solo se dejaba consumir por aquel sentimiento, no se oponía y cada noche al rededor de la 1:00AM o 2:00AM la melancolía le hacía compañía en su cama, pero esa noche a diferencia de otras, también estaba acompañado de argentina.
Argentina no era tan diferente a Perú, los dos compartían aquella depresión nocturna y aquel miedo existencial.
Argentina lo rodeó en sus brazos, sentían piel con piel, era lo más cercano que los dos tenían de sentir amor. Se hacían compañía y aquellos miedos y melancolía no se pronunciaban con fuerza, seguían estando en el fondo del pecho, pero por lo menos se tenían el uno al otro.
sentir los brazos de argentina rodeándolo, sentir su calor, sentir refugio en el, lo ayudaba a diseminar sus preocupaciones, argentina era un buen ayudante para conciliar el sueño.

5 años atrás…

―¡por favor paren!―suplicaba el joven―¿qué les he hecho?―preguntaba entre lágrimas.

Los recuerdos de hace 5 años volvían a Perú, los gritos resonaban en su cabeza, sus voces se escuchaban nítidamente.
Podía seguir escuchando las voces de México, Estados Unidos, algunos compañeros de escuela y chicos más grandes, sus risas malévolas hacían eco en su cabeza.

La crueldad a los 13 años puede ser impresionante.
Perú podía recordar aquella perspectiva en segunda persona, ver la violencia ejercida, podía seguir sintiendo la impotencia, la claustrofobia en aquel baño escolar.
―¡por favor déjenme en paz!

los gritos, las risas, la violencia física junto con la verbal paralizaron a Perú en ese momento, hasta que alguien le hizo aquella pregunta disparadora.
―¿Perú porque no participas? vamos, no me digas que tienes miedo.

Perú negó con la cabeza, las palabras no salían de su boca.
―no pasará nada, los profesores no se van a enterar, ¿o acaso eres amigo de este gay?
―n-no, no soy su amigo.
―¿entonces qué esperas?, hay que darle una lección, quizás a los golpes vuelva a ser normal ¿o no?―dijo Estados Unidos.
―claro…

Perú tenía en frente a un joven, un año menor que el, estaba tirado en el piso siendo golpeado repetidas veces por chicos de grados mayores. La razón por la que era golpeado es simple, porque aquel muchacho era abiertamente gay.
En los pueblos de pocos habitantes es poco común que alguien sea abiertamente homosexual, no es que no hayan, es que al vivir en un entorno tan hostil y homofobico, donde es común los términos despectivos, los chistes homofobicos, usar el término “gay” como insulto, nadie en su sano juicio se atrevería a salir de lo común, de lo “debido”.
Y quien se atreva a salir de lo común, era fuertemente violentado. Aquel chico de 12 años había salido del closet presentándose como abiertamente gay.

El era un niño cuando sus pares le dieron la espalda, lo comenzaron a molestar, al principio eran cosas pequeñas, cosas que molestaban pero no cruzaban el límite del acoso, hasta que llegó a un punto en el que pasaron aquellos límites.
Perú conocía al muchacho mucho antes de que saliera del closet, lo veía a la salida del colegio a veces en el parque del centro aquella que tenía una fuente, lo supo ver con su grupo de amigos haciendo cosa de niños, manteniendo aquella inocencia. Lo veía como un chico común y corriente quien nunca le había hecho daño a nadie.
Perú lo observaba, aquel chico tan normal quien lo habia visto reir un par de veces estaba tirado en el piso siento pisoteado, lo agarraban del cabello y le gritaban cosas, el estaba llorando implorando piedad, Perú no podía moverse, todos esperaban que el también comenzará a lastimarlo pero perú estaba paralizado. Si no hacía algo lo iban a tachar de gay, si se iba de la escena lo iban a tachar de gay, si defendía al muchacho lo iban a tachar de gay, hacer cualquier cosa que no sea violenta era ser gay, y si era gay le iban a hacer lo mismo que aquel chico. Perú estaba contra la espada y la pared porque no quería ser parte de los bullyies, pero no quería que le hicieran lo mismo.
―¿Perú?― Estados Unidos miró a su amigo quien parecía paralizado y aterrado―¿qué te ocurre?

Eros, Argentina x PerúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora