Eros, Spin-off Parte 1

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Adultez. 

Eran las 07:15 de la mañana, para sorpresa de todos el secretario principal todavía no había llegado al trabajo ¿qué le había pasado?

Jamás en sus 9 años de empleado en la empresa había llegado tarde.

Margarita, su compañera de trabajo y amiga fuera de la oficina había intentado llamar al número del secretario, pero no tuvo respuesta alguna. El jefe de ellos, China, había estado preguntando por su ausencia con un tono de enfado. Margarita temía que despidieran a su amigo y compañero. Fue a las 07:15 que lo divisó por la ventana del edificio saliendo del taxi corriendo hacia la entrada.

Margarita suspiró, no tan solo estaba preocupada por saber si algo le había ocurrido, sí no estaba preocupada porque habría un gran alboroto si el secretario principal faltaba el primer lunes del mes, su jefe china sería capaz de despedirlo.

El hombre de traje y corbata subió los 3 pisos corriendo hasta llegar a la oficina.

― ¡lamento la demora!―exclamó exhausto entrando por la puerta.

Margarita lo miró de arriba a abajo. El hombre ni siquiera la miró, fue directo a su escritorio a prepararse para el ajetreado día que le esperaba.

Margarita notó las grandes ojeras en su rostro, su apariencia parecía desalineada lo cual era extraño en él. Además su mano derecha estaba parcialmente vendada.

La mujer se acercó apresuradamente a él, pero antes que pudiera preguntarle qué le había pasado su jefe china entró furioso a la oficina.

―Perú llegaste 15 minutos tarde.

Margarita al ver a su jefe entrar a la oficina, rápidamente volvió a su escritorio.

―lo lamento China yo-

―sabes perfectamente que en esta empresa la puntualidad es símbolo de excelencia y respeto― dijo china sin dejar que su secretario tuviera lugar a defenderse― dime ¿acaso no me respetas?

―¿qué? China, claro que lo respeto, es que yo-

― entonces porque llegas tarde, es una grave falta de respeto la impuntualidad, ¿no crees en mi autoridad? Si quisiera podría despedirte.

―china por favor no me hagas esto...

China observó a Perú hostilmente quien se encontraba sentado en la silla de su escritorio. Perú lo miró rogándole, con sus ojos a punto de estallar en lágrimas, nunca antes había vivido algo como aquello. China apartó la mirada.

―La próxima vez no dudaré en despedirte...― dijo. Luego se acercó lentamente al oído de Perú y le susurro― me las vas a pagar Perú, no creas que olvidé lo de la noche del sábado.

Luego lentamente se alejó de él. Perú quedó atónito con sus palabras, no supo qué hacer ni menos supo que responderle, simplemente agacho su cabeza.

Margarita era la única que estaba observando aquella escena, si no fuera por su presencia quién sabe qué más le hubiera dicho China a Perú.

China la miró de reojo, Margarita agacho la cabeza intentando disimular que no había escuchado nada, aunque todos sabían que no era así. Luego de un corto silencio, China se fue de la oficina.

Perú se sacó sus gafas y se refregó los ojos seguido de un largo suspiro.

―¿Qué demonios fue eso?―preguntó Margarita. Al igual que Perú se encontraba atónita con aquella escena que había ocurrido apenas unos segundos.

―yo... no lo sé, yo...―Perú se encontraba conmocionado.

Margarita al ver el estado que se encontraba Perú, se acercó a él con una botella de agua.

Eros, Argentina x PerúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora