Epilogo

721 60 11
                                        

Once años después...


Me remuevo en la cama al sentir un par de manitas tocar mi rostro, por el olor sé perfectamente de quien se trata, pero estoy exhausta, ayer mis Alfas y yo estuvimos despiertos hasta las tres de la mañana con Vladimir ya que le cambiamos la cuna por una cama porque ahora está lo suficientemente grande como para tener su propia cama, pero al parecer no le gustó tanto, es un cambio grande para un niño de solo tres años, pero nos dejó agotados a todos ya que los cuatro estuvimos con él hasta que se durmió.

— mami — susurra en mi oído y no puedo evitar sonreír por su tierna vocecita — lo prometiste, mami mala — gruñe cuando no abro los ojos a pesar de que esta tocando mi rostro.

— ¡ Vladimir deja dormir a tu madre o te juro que te castigo ! — gruñe Garald, él esta detrás mí, me esta abrazando por la cintura, tiene su cabeza metida en mi nuca, esta tratando de seguir durmiendo también.

— mami prometió que si dormía en mi cama me haría mi desayuno — se justifica, a pesar de solo tener tres años es muy inteligente, como todos mis hijos.

— tines razón mi amor, solo dame unos minutos más — suplico sin abrir los ojos.

Normalmente Elena es quien se encarga de la comida, es como la nana de mis hijos, su trabajo principalmente es cocinar y debes en cuando cuidar unas pocas horas a mis pequeños, en general su función en la casa es más de chef que de nana, pero aun así todos mis hijos le tienen un gran aprecio, a veces viene Dulce, es como la tercera abuela de mis hijos.

— mami tengo mucha hambre — dice intentando abrir mis ojos con sus pequeños dedos.

Rendida abro los ojos y lo primero que veo es la cara de mi bebe menor, sus ojitos avellanas me miran expectantes y sus labios estan fruncidos en un pequeño y tierno puchero, agarro su carita con mis manos y beso su frente, él se ríe al saber que consiguió lo que quería.

— ¡ vamos ! — dice agarrando mi mano para proceder a jalar mi cuerpo y así salir de la cama.

Me levanto con cuidado de no aplastar a Marcio el cual duerme ajeno a su alrededor, tanto él como Marcos desarrollaron un sueño profundo desde que tuvimos a nuestros hijos, puede haber un terremoto y ellos ni cuenta se darán, pero Garald si tiene un sueño liviano, cualquier sonido o rose lo despierta. Logro salir de cama sin aplastar a alguno de mis esposos, mi bebe me saca de la habitación sin soltar mi mano, bajamos las escaleras y en cuestión de segundos ya estamos en la cocina, él suelta mi mano y se sube a uno de los taburetes que hay en el meson para observar como cocino su desayuno favorito.

— ¿ tus hermanos estan despiertos ? — pregunto y él niega.

Frunzo el ceño, es raro que no estén despiertos ya que siempre se levantan a las siete en punto, cuando miro el reloj de pared que hay en la cocina me doy cuenta que aun faltan veinte minutos para las siete.

— pequeño tramposo, ni siquiera dormiste cuatro horas — digo indignada y mi hijo solo se ríe.

— tú dijiste que si dormía en mi cama me cocinabas, no especificaste cuanto tiempo mami — se justifica.

Yo no encuentro cómo regañarlo, en realidad cumplió lo que le pedí, cuando se trata de mis hijos tengo que ser muy especifica, ellos no son niños malcriados que me llevaran la contraria o harían berrinches, ellos son astutos, piensan como pequeños adultos a pesar de que solo son unos niños.

— ¿ qué hare contigo Vova ? — le pregunto y él solo se ríe al ver que gano.

Vova es un diminutivo de su nombre ruso Vladimir, por alguna razón a mis esposos les gusto cuando lo elegí, a Marcio y Marcos sorprendentemente les gusta mucho los nombres rusos, dicen que suenan muy fuertes y autoritarios, para elegir los nombres de mis hijos utilizamos la misma dinámica que aplicamos para los nombres de los trillizos, ellos hacen una lista de nombres y yo escojo uno que me guste de todos ellos.

Zinerva : Trio de MatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora