43. Adolphus

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| Adolphus |
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Suelto un pequeño gruñido cuando al fin tengo el control absoluto del cuerpo de Marcio, ese estúpido hechicero que me tocó como la parte humana en nuestro cuerpo.

Sonrió observando la casa detenidamente, me gusta el hecho de que Garald pensará cuidadosamente en la seguridad de mi pequeña hembra y nuestros cachorros, aunque la casa a simple vista parece fácil de atacar no lo es, las innumerables ventanas que tienen la casa hace que ella se sienta parte del bosque, pero el cristal es tan resistente que me atrevería a decir que es más sólido e impenetrable que la pared, los diferentes pasadizos que debemos enseñarle a usar y otras cosas hacen que esta casa sea perfecta para ella.

Camino lento por las escaleras disfrutando de la sensación de libertad y felicidad que siento en este momento, por fin después de siglos de aprisionamiento soy libre, no pienso devolverle el control pronto, se que no me puedo quedar para siempre, pero disfrutaré esto al máximo.

Cuando llego a la habitación el olor tan delicioso de mi pequeña hembra llena mis fosas nasales, chocolate amargo, tequila y un ligero toque de moras silvestres, una combinación bastante peculiar, pero para mí la más deliciosa que tuve el placer de olor en mi vida.

Miro como ella está acostada junto a Marcos en la gran cama, ella está plácidamente dormida, pero Marcos no, sintió el cambio de roles que tuvimos Marcio y yo, al ser mellizos tenemos una conección que no cualquier lobo tiene.

— hola Adolphus — saluda.

Solo sonrió al escuchar mi nombre, él me mira atento, nunca en estos últimos cuatrocientos años me ha visto tomar el control, puedo sentir lo nervioso que está, mirándome esperando ver cómo reaccionó al estar por fin cerca de ella teniendo todo el control.

— tranquilo híbrido, no soy una amenaza — digo burlón levantando mis manos.

Este sonríe, sabe cómo soy, él comprende mi sentido del humor algo negro, camino lento hasta sentarme al  lado opuesto donde él está para después acostarme al lado de de ella, suspiro tocando su blanca piel, está de espaldas, se remueve un poco al sentir mi toque.

Nuestra hembra es un pequeño ser tan delicado, su carácter es fuerte, es valiente, inteligente y un sin fin de características buenas, pero físicamente aunque ella no lo crea es frágil, pequeña y necesita mucha protección. Es una Omega Pura, la pueden intimidar solo los Alfas al ser Pura, más tambien tendría con el tiempo más comportamientos primitivos e instintos que muchos Omegas perdieron al no tener la pureza de su sangre, llevo mi mano a su vientre abultado, nuestro cachorros están creciendo lento, me preocupa eso ya que algo me dice que en cualquier momento crecerán de una manera acelerada y eso podría causar algún daño en ella al ser híbrida.

Beso sus hombros con cuidado, son pequeñas caricias que siempre quise darle, su piel tan blanca y suave es una tentación, su respiración empieza a descontrolarse un poco indicándome que la desperté, doy caricias en círculo a la piel de la zona de su vientre, ella voltea su carita lentamente para verme y noto como se sorprende al ver el ligero cambio.

Mis ojos ya no tienen el color marrón claro característico de Marcio, si no más bien un color bronce algo anaranjado, mis colmillos sobresalen de mis labios, mis músculos son más marcados que antes y tengo un poco más de vello en algunas partes.

— ¿ Marcio ? — murmura dudosa.

— No, soy Adolphus — gruño.

Zinerva : Trio de MatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora