Saga: Petrovic
Libro: 2
Zinerva, la Luna, se encuentra en una encrucijada imposible. Como la destinada de tres Alfas, su vida está llena de complicaciones y peligros, y acaba de perder a su querido hijastro a manos de su propia abuela paterna duran...
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|• Zinerva •|
Marcio sube las escaleras mientras me carga como si no pesará nada, aún cuando subí dos kilos y medio desde el inicio de mi embarazo él me sigue cargando sin ningún problema, llegamos al segundo piso de la casa y noto que el piso es diferente, el de la primera planta está hecho de piedra, en cambio este piso es de madera dándole un toque más elegante y acogedor.
Marcos camina hacia una puerta negra con una perilla color dorado, entramos con Garald y Marcos detrás de nosotros, siento algo de frío por estar desnuda, pero es soportable gracias al cálido cuerpo se Marcio.
Lo primero que llama mi atención al entrar a la habitación es la gran cama King Size con sábanas negras con bordes dorados y las almohadas cubiertas por una funda dorada, las sábanas estan cubiertas por pétalos de rosas roja, en medio de la cama hay tres ramos de flores de diferentes tipos y tres regalos.
Marcio lentamente me hacerca a la cama para que vea mejor, identifico de inmediato cada flor, un ramo es solo de las rosas más rojas que ví en mi vida unido con un cinta dorada, el ramo que está en el medio es una combinación de rosas y orquídeas todas unidas por una cinta negra, el ramo del lado izquierdo es un ramo de tulipanes rojos combinados con unas hermosas margaritas unidos por una cinta negra también.
Marcio me baja para que pueda acercarme y caminar por mi cuenta, detallo más los hermosos ramos, me siento algo expuesta al caminar desnuda bajo la atenta mirada de ellos.
— ¿ Te gusta ? — pregunta Marcos nervioso.
Los tres lo están, solo me miran esperando una reacción, pero nunca en mi vida me habían regalado algo tan hermoso como lo que está en la cama, se el significado de alguna de las flores, no de todas, más tengo una idea de lo que significan.
Mis ojos se llenan de lágrimas ya que no puedo procesar todas las emociones.
— no llores cachorra, si no te gustan vamos a comprar otras de tu agrado — se apresura a decir Garald — lo siento si no... — no dejo que termine de hablar ya que lo beso.
Es un pequeño beso corto solo un pequeño toque de nuestros labios, más solo es para que deje de hablar y decir cosas estúpidas, es obvio que me encanta el gran detalle que tuvieron conmigo, pocas veces recibo regalos y que ellos sin ser una ocasión especial hacen todo esto, me conmueve mucho.
— ¡ Me encanta ! — un par de lágrimas caen por mis mejillas — lo siento es que ... ni si quieres se que me pasa, últimamente estoy muy sensible y sentimental — murmuro avergonzada por reaccionar así.
Garald limpia mis lágrimas y suspira aliviado al ver que me gustó lo que ellos prepararon para mí.
— es normal que te sientas así, mientras esas lágrimas sean de alegría todo está bien — dice Garald besando mi frente.
