| Reece |Camino sigilosamente con la hechicera encima de mi lomo, esta casi acostada sosteniéndose de mi pelaje ya que yo mido alrededor de un metro y medio de alto en mi cuerpo lobuno, si ella esta sentada llegaría a estar a la altura de dos metros y seria muy fácil que nos vieran, eso es lo que menos deseo ahora, estoy caminando entre los arbustos, arboles y césped para acercarme a mi objetivo.
Aunque me demuestre tranquilo estoy que la sangre me hierbe de la rabia, enojo, ira, mucha ira e impotencia que me consume desde la muerte de mi cachorro, para un macho no poder defender a su familia es una clara muestra de lo incompetente que es, no pude proteger a mi cachorro y por eso está muerto, no pude ser más listo y darme cuenta que el enemigo todo este tiempo estuvo dentro de mi manada, lo estuve alimentando y dándole un techo donde dormir por meses, sin darme cuenta que desde aquí estuvo destrozando manadas enteras incluyendo la mía, ahora tengo mi oportunidad de redimirme y poder ser el macho que mi hembra necesita.
De solo recordar que no estoy con mi hembra en este momento las ganas de aullar e ir corriendo hacia el objetivo y arrancarle la cabeza son muy grandes, no sé si ella llego al refugio o esta con algunos de los otros dos machos mellizos con los que comparto a mi mate, la angustia empieza a apoderarse de mi mente mientras camino, solo me queda confiar en que esos dos machos la protegerán con su vida como yo lo haría y que el entrenamiento que le hemos dado en estos últimos días sea suficiente, solo espero que no se hayan adelantado nuestras crías, espero que las emociones que seguro está sintiendo ahora no la hagan abortar, no podría perdonarme que no estuviera con ella, no podría perder a otro miembro de mi familia porque ya no podría salir de la depresión, no soportare otra muerte de alguien a quien amo.
Camino lentamente asechando a mi presa, estoy a unos seis metros de distancia, la hechicera se baja de mi lomo y con cuidado se acuesta en el piso para evitar ser vista, lentamente me voy acercando tomando provecho de la oscuridad de la noche, ademas con el humo negro que brota de sus manos también me camuflare bien, ella misma esta tratando se hacer que la noche sea lo más oscura posible para darle ventaja a sus criaturas hechas de sombras, pero ella misma se esta condenando, mi pelaje es tan negro como el carbon, el humo que brota de sus manos tiene un olor muy repugnante, pero el olor asqueroso es perfecto para opacar el nuestro, la vieja hechicera hace que un árbol a unos cuantos metros de donde estamos nosotros se mueva captando la atención de las dos criaturas que la custodian, ellas lentamente se van acercando para averiguar qué fue ese ruido dejando a su ama desprotegida, con pasos lentos me acerco, ella tiene los ojos cerrados al parecer concentrada en algo.
— ¡ eres una perra ! — chilla de la nada.
Las criaturas al escuchar el chillido de su ama miran hacia nuestra dirección, antes de que esos seres puedan avisarle de mi presencia me tiro sobre ella tumbándola y con una de mis patas delanteras piso con fuerza su cabeza dejándola inconsciente o tal vez muerta, la sangre no tarda en empezar a brotar de su cabeza, sus cuerpo esta inerte en el suelo y el humo que salía de sus manos ya no esta, las criaturas intenta acercarse a mí para atacarme y proteger a su creadora, pero mi Beta y los Deltas que lo acompañan retienen a las criaturas.
ESTÁS LEYENDO
Zinerva : Trio de Mates
Kurt AdamSaga: Petrovic Libro: 2 Zinerva, la Luna, se encuentra en una encrucijada imposible. Como la destinada de tres Alfas, su vida está llena de complicaciones y peligros, y acaba de perder a su querido hijastro a manos de su propia abuela paterna duran...