35. Nuestra Casa

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|• Zinerva •|

Miro la casa algo asombrada, no la había visto desde el ataque ya que solo me causaba algo de tristeza, pero ahora verla reconstruida y con varios cambios me hace sentir muchas cosas positivas.

Lo primero que noto es que es más grande y alta que antes, la madera es diferente, está vez tiene un toque mucho más rústico, pero tiene un hermoso jardín en frente que la hace ver más cálida.

En el suelo hay varias piedras enormes que hacen un camino hacia la entrada, lentamente camino pisando las piedras, me agachó para ver mejor las hermosas flores que tiene en pequeño jardín, son tulipanes de diferentes colores y hay  algunos arbustos pequeños.

— ¿ Te gusta el esterior de la casa ? — pregunta Garald.

— es muy hermosa... muy grande también.

— teníamos que hacer espacio para los tres cachorros que pronto estarán corriendo por toda la casa — comenta Marcos.

— ¿ Puedo entrar ? — pregunto emocionada.

— no tienes que pedir permiso...

Apenas Marcos lo dice corro hacia la puerta sin dejarlo terminar de hablar, abro la puesta la cual es algo pesada, pero por la emoción no le prestó atención, entro encontrando una hermosa sala vastante espaciosa, con unos hermosos muebles de cuero, sin pensarlo me tiró encima de el más grande, este se unde un poco y puedo sentir lo suave que es, muy cómodo y está frío ya que hay aire acondicionado.

— aquí pasaré todo el día — murmuro.

Cuando miro hacia delante noto el gran televisor de pantalla plana, es enorme, está a unos cuatro o cinco metros de distancia del mueble, en medio del televisor y el mueble donde estoy sentada hay de una mesa no muy alta y en el piso una hermosa alfombra gris peludita, las paredes son blancas, están algo vacías para mí gusto, hay dos estantes muy altos hechos de madera, pero pintados de negro, sin nada en ellos.

— Aún le faltan cosas, pero preferimos esperar a que tú eligieras más decoraciones — dice Marcio en mi oreja.

Siento un escalofrío en toda mi columna vertebral, ni siquiera me di cuenta cuando se acercó tanto a mi.

— es hermoso, tal vez podría ponerle unas plantas y unos cuadros... solo eso ya que todo lo demás está perfecto — admito mientras miro a Marcio.

— Tú solo escribe una lista de todo lo que quieres y te lo compro — dice Garald mientras se sienta a mi lado — eres nuestra Luna, perdón por no haberte dado todos los lujos que mereces desde el principio... tú sabes que pasaron muchas cosas — apenas termina de hablar me besa.

El beso no es sueve ni lento, él trata de devorar mi boca como si no hubiera un mañana, mete su lengua en mi cabidad vocal y en ningún momento me niego, dejo que el sea quien dirija este beso salvaje, siento sus colmillos rosar con mis labio, su lengua explora toda mi boca de manera rápida y algo brusca, mi lengua de manera tímida intenta imitar lo que él hace más solo son movimientos torpes comparados con su experta lengua. Seguimos hasta que me falta el exigeno y coloco mis manos en su pecho para tratar de apartarlo, necesito respirar, él me deja escapar de sus labios soltando un fuerte gruñido de protesta, aún cuando nuestras bocas se separan él coloca su mano en mi nuca para impedir que me aleje por completo.

Tocó mis labios los cuales están inchados y algo adoloridos por el rose constante de los largos y filosos colmillos de Garald, lo miro notando que sus colmillos sobresalen de sus labios, su pupila está muy dilata y su respiración al igual que la mía está ajitada, sus ojos ya no tienen ese color celeste o azul claro, si no que ahora es un azul marino, un color tan atractivo que me cautiva y me pone boba por completo.

Zinerva : Trio de MatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora