| Zinerva |
Bostezo exhausta, además de un poco adolorida, mis pechos pican, más siento un hormigueo también, acabo de darle de comer a Anakin, se despertó dos horas y cuarenta y cinco minutos después de que se durmió, aunque lo raro es que no lloró, pero yo de la nada me desperté y cuando me asomé a su cuna me di cuenta de que él estaba despierto.
Ahora no puedo conciliar el sueño. Con cuidado, dejo a mi bebé en su cuna cuando ya está dormido, le saqué los gases, aunque solo soltó uno, creo que me hace falta práctica. El que realmente domina la técnica es Marcio, pero no quise despertarlo.
Me incorporo con cuidado de la cama, tratando de no hacer ruido y perturbar el sueño de Marcio, Garald y Marcos. La habitación está tranquila, la suave luz de la lámpara es lo que apenas ilumina la habitación. Miro a Anakin en su cuna, con su pequeña carita angelical, y no puedo evitar sonreír.
Me acerco sigilosamente a la cuna y lo observo mientras duerme. Mis pensamientos vagan por todo lo que hemos pasado juntos: el reciente ataque, el parto y la cesaría que nos llevó a tener a estos tres preciosos trillizos. Somos una familia, una manada unida por el amor y la lucha contra la adversidad.
En silencio, susurro palabras de cariño a Anakin, prometiendo que siempre estaremos allí para él, para todos nuestros hijos. Estoy agotada, pero también llena de gratitud y amor por lo que hemos creado juntos.
Me dirijo en silencio hacia las incubadoras donde descansan los otros dos trillizos. Allí, observo a Arman y Antosha, nuestros hijos que aún necesitan cuidados especiales. Sus pequeños cuerpos están conectados a las máquinas que los mantienen a salvo y saludables mientras crecen.
Suspiro con alivio al ver que están bien y que continúan creciendo. Sé que pronto podrán unirse a su hermano Anakin.
Después de un rato contemplando a los bebés en las incubadoras, me tomo un momento para expresarles mi amor en silencio.
— Pronto estarán con nosotros, mis pequeños guerreros — susurro con cariño, sabiendo que esta prueba solo fortalecerá aún más nuestro vínculo como familia.
Finalmente, me retiro de las incubadoras y regreso a la cama. Les doy un beso en la frente a cada uno para después acurrucarme entre Garald y Marcos, sintiendo la calidez de su presencia. A pesar del agotamiento, me siento agradecida por la fortaleza de nuestra familia y por los lazos que compartimos.
— gracias por estar siempre a mi lado — murmuró aún cuando sé que ellos no me escucharán.
Con la promesa de un nuevo día por deltante cierro los ojos, agradecida por tener todo esto, unos esposos que me aman, tres hijos hermosos y una gran casa junto a una manada llena de personas que confían en nosotros para protegerlos.
No pienso en lo que pasará mañana, cuando despierte resolveré junto a ellos cualquier problema que se presente, nuestros hijos están bien, mis esposo están bien en general, es lo único que puedo pedir.
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Zinerva : Trio de Mates
LobisomemSaga: Petrovic Libro: 2 Zinerva, la Luna, se encuentra en una encrucijada imposible. Como la destinada de tres Alfas, su vida está llena de complicaciones y peligros, y acaba de perder a su querido hijastro a manos de su propia abuela paterna duran...