Izuku 2 fue primero que todo al supermercado de confianza donde su madre le mandaba siempre que hacía falta alimento para la cena, desayuno o almuerzo, la verdad es que al verdoso le parecía cálido el lugar debido al buen estado de frescura que contenía cada uno de los productos que allí se vendían a diario, lo único que podía molestarle era el largo trayecto de 30 minutos a pie que tenía que recorrer para llegar a dicho sitio.
Sin tomarle mucha importancia pago la comida con el dinero que Izuku 1 había guardado en su mochila esa mañana, cada día Izuku 2 era consciente que Izuku 1 estaba agotando los ahorros de años en cosas para otros, lo cual le irritaba ya que nunca se consentía a si mismo con un regalo, sino que todo su dinero terminaba a parar para beneficio de los demás, pero ¿Qué podía hacer Izuku 2? Si te todas forma sino importa el método que use o la infinidad de veces que discuta sobre el tema con Izuku 1, porque sabe y conoce mejor que nadie que Izuku 1 considera hasta una piedra primero que el mismo... Bueno, no tan exagerado, pero todos y cada una de las personas que lo conocían sabían que el pecoso no se preocupaba mucho por su integridad y salud propia, por eso el peliverde era el paciente menos deseado de cualquier médico o practicante de enfermería y cuidados.
Sin más que hacer fue a saludar a los niños (ya saben, el de 11, 9 y 6 años), la visita no duró mucho pues Izuku 2 nunca estaba de humor para recibir regaños de parte de Inko, su madre... Y mucho menos se iba a aguantar el doble de cantaleta si su madre se llegaba a enfadar porque demoró mucho tiempo, sin más se despidió de aquellos niños (no sin antes darse en paseo por la cocina del orfanato y mofarse internamente al recordar todo el transcurso de su maravilloso plan alrededor de su primer asesinato).
Más tarde...
- ¿¡Te sigue gustando verdad, perra!?
Ugh, ¿Qué hace ese engendro otra vez por aquí? ¿No se cansan de coger todos los día-...?
- ¡Mi amor porfavor relájate! No era mi intención lastimarte así... Pero entiende que estaba un poco emocionada y-... - trato de explicar Inko, claramente Izuku 2 no tenía ni idea de lo que estaba pasando, pero ya se hacía una que otra idea, por obvios motivos entro en silencio a la casa con sumo sigilo para tratar de ayudar a su mamá, después de todo estaba seguro que Izuku 1 se enojaría tremendamente si se enteraba de algo así, ya que aunque el pan de Dios negara el poder ser capaz de enojarse, Izuku 2 no es estupido y de cierta manera no estaba seguro al 100% de lo que sería capaz de hacer Izuku 1 si enloqueciera.
Diablos, ¡Diablos!, ¡¡Diablos!! Yo no me pienso cargar un muerto y de paso al fastidioso y chillón de Izuku 1, quien sabe que me haría ese idiota si dejo que maten a mamá, después de todo yo nunca confíe en Hokep... Ja, voy a disfrutar decirle: "te lo dije" a Izuku 1 cuando vuelva.
El pecoso camino a paso lento, primero decidió escuchar la conversación que se estaba realizando entre Inko y su amante/amigo/novio. Pero no pudo hacer esto ya que Inko se había desmayado ¿Por qué? Se preguntaba constantemente mientras se las ingeniaba para echar un vistazo antes de tomar medidas en el asunto, más lo que vio...
Fue algo que no podría taparselo a Izuku 1 ni soñando.
Porque su madre se encontraba ahora en el suelo, desnuda y con alrededor de cinco puñaladas en lo que respecta al abdomen y las piernas.
Verga, ahora si que me va a tocar aguantarme a ese imbecil, aunque bueno, creo que sigue viva.
Por suerte Izuku 2 tenía razón, gracias a que su visión le dejaba ver cada una de las heridas, si bien su madre se había desmayado por el shock, la debilidad provocada por la pérdida de sangre y el dolor, parecía estar en un estado mínimamente recuperable, pero lo que diría el sujeto terminaría de firmar su propia muerte...
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Doble opinión
FanfictionIzuku Midoriya, un chico de 16 años que va a la preparatoria más famosa de todo Japón: la UA, lugar especializado en convertir a jóvenes soñadores, en héroes capaces y justicieros, pero... ¿quien iba a imaginar que Izuku, mejor apodado Deku, podía n...