- Basura inmunda, he invitado a tu tía Mitsuki y a tu amigo Katsuki a una cena más tarde, levántate y deja de molestarme, si quieres sal por ahí a la farmacia a comprar vendas y ungüentos para esa horrenda cara que tienes, osea solo mirate, eres un desastre asqueroso y por eso nadie te quiere. - dijo degradante mirando a su propio hijo con una cara de asco, saco si cartera y le lanzó unos cuantos billetes para que hiciera lo ya mencionado y ella pudiera descansar un poco.
¿Kacchan va a venir a casa junto a la tía Mitsuki? ¡Qué emoción! Se me vienen tantos buenos recuerdos a la mente <3
Tengo casi la misma cara que tú genia, Ugh, por lo menos esta vez me dio dinero para poder curarme, me acaba de dar una paliza bien fea, que fastidio, ahora tendré que pensar en una historia para que no me molesten mañana en la UA.
Pensó Izuku sufriendo profundamente por los golpes dados por su progenitora, el dilema en su cabeza era claro ya que:
Por fuera: estaba visiblemente entusiasmado por la visita, pero a la vez estaba hecho un desastre por la paliza dada.
Por dentro: ahora tenía que inventar una historia de porque estaba tan herido y como si fuera poco, levantarse y actuar como si nada.
Dejando pasar eso de largo, el verdoso se levantó con algo de dificultad tomando los billetes que lanzó su madre, quien ya estaba dormida boca abajo en la cama de su habitación, así que algo preocupado Izuku se acercó a ella para darle la vuelta.
Pobre mamá, debe sentirse muy mal con todo lo que le ha estado pasando últimamente... Será mejor que le obedezca y me esfuerce mucho más para no serle un estorbo fastidioso.
Ay mamá, ¿Por qué simplemente no puedo odiarte? No importa cuanto me golpees, no puedo dejar de quererte mucho, maldita sea, deberías tener cuidado de dormir así, podrías ahogarte y no quiero eso.
Minutos después Izuku ya se había cambiado de ropa, se puso unos pantalones negros junto a una chaqueta roja y holgada con mangas largas para evitar que alguien viera el corte en su antebrazo y los múltiples moretones que acompañaban su blanca piel suave, camino lentamente para sobrellevar la cantidad de molestias que le generaban todas y cada una de sus heridas, al llegar a la farmacia más cercana entro silenciosamente y una mujer mayor le saludo cordialmente.
- Buenas tardes joven, ¿Que desea?
- Buenas tardes señorita, disculpe ¿Tiene vendas y ungüentos para moretones? - por precaución Izuku bajo un poco más su gorra y no dejo que su tapabocas dejará ver su lastimada cara.
- Claro mijo, tenemos ungüentos de varios colores y vendas de doble capa de suavidad para estar más cómodo, ¿Solo eso? - la mujer mayor empezó a cuestionarse el porque el chico frente a ella estaba tan tapado así que trato de espiar un poco, pero al no conseguir nada se aburrió y concluyó que el niño quería hacerse el especial o el típico "emo" como había escuchado decir a su hija alguna vez.
- Aparte de eso solo unas velas aromáticas y ya, con eso estaría bien señora. - respondió el pecoso normalmente sin dejarse ver la cara.
- Entendido, aquí tiene, espero vuelva pronto y gracias pro su compra. - dijo pasandole una bolsa con lo encargado al chico frente a ella, quien le pasó el dinero correspondiente que para su extrañeza era el valor exacto de todo lo que compró, es como si ese chico ya estuviera acostumbrado a comprar esas cosas, algo muy sospechoso para la mujer que solo lo dejo pasar para no incomodar a un futuro cliente frecuente.
- Se lo agradezco, que tenga una linda noche, hasta luego. - agradeció y agarro la bolsa con las cosas para partir a su casa antes de que su madre se levantará antes que él llegara.
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Doble opinión
FanfictionIzuku Midoriya, un chico de 16 años que va a la preparatoria más famosa de todo Japón: la UA, lugar especializado en convertir a jóvenes soñadores, en héroes capaces y justicieros, pero... ¿quien iba a imaginar que Izuku, mejor apodado Deku, podía n...