Capítulo 44

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Dame mi cuerpo, Izuku 3.

Ya volví ¿Qué pasó mientras no estab-...? Oh, más traumas. ¡Apuesto a que se suicida! Jajaja.

No seas tan malo, Izuku 2, está pasando por un momento difícil.

No le pongas demasiada atención a lo que dice, Izuku 1. Sin problema te regreso el control :3.

Milagro ¿Por qué todavía no te has encariñado con Shoto?

No estoy seguro, por ahora solo estoy preocupado por Kacchan, no quiero que representemos un obstáculo para él, yo quiero que se vuelva muy fuerte.

Esto está mal... ¿Por qué alguien le haría eso a su propio hijo?, ¿por qué lo hace sufrir así si él es inocente?

No es algo muy difícil de entender ¿Sabes, Izuku 1? Es algo muy recurrente en las familias, si los padres pasan por algún sentimiento negativo suelen pasar dos cosas. Primero: los muy hijos de puta se desquitan con alguien, los hijos normalmente son los más expuestos a recibir maltratos así sean comentarios pasivo-agresivos, desmotivación o desprecio a los logros. Y la otra posibilidad es maltrato físico ¿Comprendes, pendejo? Mamá hacía lo mismo ¿Recuerdas? Si le iba mal en el trabajo eso significaba malos días para nosotros y eso.

Es cierto, pero también hay padres que se guardan todo lo que les pasa y terminan explotando en algún momento como una bomba con cronómetro, no entiendo que tanto les cuesta ir a terapia y curarse mentalmente, es aburridor y decepcionante.

Pero... Mamá no puede pagar algo así, ella tiene las cuentas muy justas.

Eso no importa, pedazo de idiota, si ella hubiera querido, podría dejar de beber y ahorrar unas semanas para abonar dinero a alguna clínica de psiquiatría. Otra cosa es que no se le diera la regalada gana y le gustara más el vicio del alcohol.

Incluso pudiste haberla convencido, ya te ha dado palizas por eso, pero los golpes no son nada nuevo y tampoco te hubieran matado ¿No crees? Mamá nunca te mandó al hospital, ella te cuidó y te curó por su cuenta.

Pues no me jodas, es lo mínimo que podía hacer después de provocarlo :p. Osea la muy esquizofrénica nos acusaba de insinuar que estaba loca y el muy animal solo estaba preocupado por ella.

Oigan, no hablen como si no estuviera aquí, porfavor.

Izuku 1 volvía al mando de su cuerpo, quería salvar a su amigo, salir de esos arbustos y atravesarse para servir como una especie de escudo humano para su compañero, pero sabía bien como funcionaba esto. Sabía que si llegaba hacer algo así, Endeavor encontraría excusas para irse y que la situación pareciera solo un momento de rabia solo para cuando estuviera solo de nuevo con el bicolor lo moliera a golpes. En su secundaria había terminado de aprender esa lección, siempre que le avisaba a uno de los tantos maestros negligentes sobre el acoso que recibía al principio de su ciclo escolar de ciclo 2 lo único que podía sacar eran golpes luego de que le creyeran más a los abusones que lo molestaban, una razón por la cual no le guardaba rencor a Kacchan era gracias a eso mismo, ya que él siempre admitía lo que hacía cuando un adulto que veía como "extra" hablaba con él con comentarios cómo:

"Sólo estábamos bromeando, profesor"

"Este chico es muy frágil, por eso se ve tan magullado con el más mínimo roce"

"Se atravesó en mi camino, es más que todo su maldita culpa"

Izuku siempre se preguntó sobre la opinión de su tía Mitsuki sobre el tema, por como andaban las cosas la ultima vez que la vió. No sabía nada, Katsuki ni había puesto el tema en la mesa y ella parecía entenderlo, siendo demasiado ¿Inocente? Para creer que su hijo le había hecho la vida un infierno al tierno pecoso, pensaba que jugaban e Izuku no tenía tiempo para visitar su casa por la nobleza de su corazón, ella era de las pocas personas a las que Inko había confesado su trabajo de prostituta desde que lo consiguió, habían días donde ella la llamaba en la madrugada pidiendo consuelo de su mejor amiga. Tantas noches que su amiga peliverde lloró a través de la bocina diciendo que su vida era una basura y que no tenía ganas de continuar. Lo que siempre le aconsejaba y recordaba la rubia es que ella tenía un hijo y debía seguir adelante por él y ella misma, que las cosas iban a mejorar, pero es una fortuna que nunca hubieran hecho una videollamada para que con sus propios ojos carmesí viera:

La cara de hartazgo de Inko, el repudio que le daba internamente pensar en Izuku cuando estaba en la mismísima miseria...

La envidia que le tenía A SU PROPIO HIJO, por ser feliz... Por tratar de ser positivo y darle ánimos según ella por lástima, ella sabía que Izuku era maltratado y acosado en su escuela, pero era más importante pensar en las cuentas que tendría que pagar por meterse de sapa a ayudar a su "desagradecido" hijo.

En fin, problemas los tiene todo el mundo y para la familia Midoriya casi parece competencia saber quién está peor a nivel general...



















































Izuku Midoriya esperó a que el héroe N.2 se retirará para ayudar a su compañero bicolor.





















































– Todoroki. - dijo para llamar su atención efectivamente con un murmullo audible entre tanto silencio sepulcral del sitio. Mientras que Shoto trataba de recomponerse nerviosamente, el peliverde se quedó callado y le dió un abrazo reconfortante, dejando sorprendido al bicolor que necesitaba ese abrazo que su madre ya no podía darle por este internada. No sabía que tipo de cosas tenía su compañero pecoso en la mente, pero no podía evitar sentir un aire cálido al ser consolado por él. Tenía unas vibras maternales extrañas que en ese momento le encantaba ser ayudado en este momento.

– Esto nunca pasó ¿De acuerdo? - susurró débilmente con su voz al punto de quebrarse, su orgullo le impedía verse vulnerable frente a los demás, esperaba que el pecoso lo entendiera así fuera por pura lástima.

– No te preocupes, Todoroki, de seguro e sientes fatal ahora mismo ¿Verdad? No pasa nada, no es culpa tuya. - esas palabras, lo tenían al borde de llorar, pero se negó a hacerlo, respiro hondo múltiples ves mientras se aferraba con más fuerza a Izuku, arrugando su uniforme y hasta llegando a volver su agarre un poco doloroso para el peliverde, pero este no le tomaba importancia, comprendía perfectamente la situación en la que se encontraba el bicolor.

– ¿P-Por qué m-me ayudas...? - preguntó con un diminuto hilo de voz en su garganta, sus ojos se sentían pesados con las ganas que se aguantaba de llorar.

– Nadie merece pasar por lo que tú pasas, Todoroki, entiendo que no nos conozcamos muy bien, pero eso no es impedimento para querer ayudarte, mantendré todo en secreto ¿Sí? Aquí traigo unas vendas y algunas cremas para las heridas, tomalas y vuelve a los dormitorios cuando estés listo ¿De acuerdo? - Dijo sonriente, calmando las olas en la mente de Shoto, el cual se sentía incapaz de recibir sin dar algo a cambio de tanta ayuda.

– E-Eh... Y-yo no puedo r-recibir esto. - dijo sorprendido, pero la insistencia del chico era más fuerte.

– ¡Sin peros, Todoroki! Tú solo acepta esto antes de que me sienta mal ¿Entendido? - subió un poco el tono de voz, dándole unas palmaditas en los hombros antes de irse rápidamente sin darle oportunidad al chico de negar su ayuda, dejándolo "sólo" con las vendas y cremas en las manos.

Todo esto sin saber que había alguien pendiente a la situación...









































Alguien con buen oído y enojón que apretó los dientes de la impotencia, viendo cómo le guardaban secretos y esos dos idiotas eran tan reservados, sobretodo Deku con los misterios que está seguro que no le cuenta, seguro de que el pecoso que tanto conocía tenía mucho más que ocultar que un golpe a un extra en el centro comercial ayer.

Continuará

(Aquí está el capítulo, disculpen la demora, aparte que yo sé que ustedes saben quién es el chismoso por excelencia en este caso xd)

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