Capítulo 14: LO CORRECTO

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Draco nunca había extrañado tanto a alguien en su vida.

A veces extrañaba a sus padres cuando iba a Hogwarts, aunque no muy a menudo. Durante su infancia, tampoco solía extrañar a su madre cuando se iba de campamento. Casi no echaba de menos a sus abuelos después de que lo visitaran: eran unos aburridos. Simplemente no era cercano a ninguno de ellos, porque ellos nunca quisieron estar cerca de él.

Pero extrañar a Harry, alguien que estaba interesado en él y alguien que le traía tanta alegría, era insoportable. Era un dolor constante que no podía aliviar. Era como si Harry estuviera en el fondo de su mente.

Todo lo que podía pensar era en: 

"¿Le gustaría esta comida a Harry"

"Tal vez a Harry también le gustaría este libro, incluso si no leyera".

"¿Qué está haciendo Harry ahora? ¿Lo extrañaría tanto como él lo extrañaba a él?"

"Me pregunto si Harry está pensando tanto en mí porque esto es un poco espeluznante ".

Julio casi había terminado antes de que Draco recibiera una nota inesperada. Inmediatamente, el corazón de Draco dio un vuelco y escondió el trozo de papel entre los otros sobres.

La nota era breve e ilegible para cualquiera que no conociera la letra de Harry. No lo firmó, así que Draco se sintió un poco menos tenso.

"Hoy es viernes y te estoy extrañando. 

Ojalá estuviéramos juntos, porque tú y yo formamos uno.

Realmente no quería escribir esto, por miedo, pero extraño a mi dulce hurón.

Así que no me odies, sé que soy muy malo escribiendo, pero no quería que estuvieras triste.

Sé que esto es realmente tonto pero pensé que todo era sólo un juego y ahora me he enamorado de ti.

Y espero que tú también de mi."

Draco no se había permitido sonreír en más de un mes, pero se dio permiso para hacerlo sólo por un momento. Tampoco se había reído y ese pensamiento le hizo añorar aún más a Harry. Sólo quería huir de este infierno que era la Mansión Malfoy, lúgubre y demasiado elegante.

Tomó un trozo de pergamino y sólo escribió: "Eres un Shakespeare moderno" antes de guardarlo en un sobre y sellarlo. Luego, bajó las escaleras y atravesó pasillos vacíos que parecían más oscuros y fríos de lo habitual. Encontró el camino hacia el comedor, un lugar por el que tenía que caminar para llegar al frente de la casa y, por lo tanto, al puesto de las lechuzas, pero al entrar, se dio cuenta de que no estaba solo.

La mesa del comedor estaba llena, casi los treinta asientos, y en la cabecera no estaba su padre, sino una figura con ojos rojos y asesinos. El aliento de Draco quedó atrapado en su garganta.
Había tres cuerpos colgados de los tobillos en lugar de la lámpara colgante, todos sucios y ensangrentados y... el olor...
-Ah, tú –saludó Quien-tú-sabes– Has crecido mucho.

-Fuera –espetó Lucius en voz baja.

-Lucius, ¿cómo se llama tu hijo? No lo recuerdo –su voz era tenue, aireada y aterradora.

-Draco –dijo Lucius, y Draco tragó– Es el mejor de su clase. Está entrando a su quinto año.

-Ah, sí, Draco. Supongo que te unirás a nuestras filas después de tu graduación.

Todo fue solo un juego - (español) || DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora