Capítulo 16: AISLADO

10.4K 1K 240
                                    

Septiembre pasó con un espectro agotador de pesadillas casi reales y, por supuesto, un odio creciente hacia Umbridge a medida que le picaba más y más la mano.

Harry funcionaba en piloto automático la mayoría de los días, lo cual era una gracia salvadora porque, si no lo hacía, una ira desagradable se apoderaría de él. Había algo en el aislamiento y el agotamiento que le provocaba eso.

Sin embargo, funcionar en piloto automático también se trasladó a las citas con Draco.

Ellos estaban bien. Era agradable. Pero también sentía que necesitaba distanciarse de él, porque era como si estuviera arrastrando a Draco al lío con él, y esa no era una carga que Draco debía soportar. Pero lo que vino junto con eso fue el sentimiento de insuficiencia. No estaba siendo un buen novio, y eso era algo que se sumaba al montón de cosas que deprimieron a Harry.

Para compensarlo, en su próxima cita, intentó ir a su lugar en el bosque temprano para poder sorprenderlo, sin embargo, cuando Draco llegó, los ojos de Harry ya estaban cerrados y su cuerpo recostado en la base de un árbol.

Draco atravesó la cortina de enredaderas. Se acercó a él y se arrodilló a su lado.
-Veo que alguien está emocionado por nuestra cita nocturna.

Harry parpadeó varias veces. Draco lo besó y finalmente Harry abrió los ojos, sólo para cerrarlos nuevamente ante la pura sensación de los labios de Draco contra los suyos.
-Lo siento, estoy cansado.

-Me he dado cuenta. Te ves horrible –Draco se recostó junto a él, apoyando su cabeza en su hombro– Te vendría bien un poco de crema hidratante.

-Gracias. Tú también te ves hermoso –Harry puso los ojos en blanco.

-Bueno, eso lo sé –sonrió Draco– Soy honesto. Sólo para que lo sepas, puedo ver las bolsas bajo tus ojos desde el otro lado del Gran Comedor –Harry simplemente frunció el ceño y se acomodó, mirando hacia el cielo cada vez más oscuro antes de cerrar los ojos una vez más– ¿Estás seguro de que simplemente estás cansado? ¿Está todo bien?

Harry se lamió los labios. Draco no necesitaba saber que sentía una presencia con él, una oscuridad que parecía apoderarse de su alma. Draco ya había sido bastante herido por su padre gracias al regreso de Voldemort, y ni siquiera estaba involucrado en ello. Draco tampoco necesitaba saber sobre la cicatriz en su mano. Nadie necesitaba saberlo.
-No he estado durmiendo bien -dijo finalmente.

Draco miró hacia el lago, el sol poniéndose detrás de él, y luego de nuevo a Harry. Se debatió entre mencionarlo o no. No quería empeorar las cosas.
-Sí, pero... te ves más que cansado.

-¿En serio? –Harry abrió sus ojos. Tal vez podría ignorarlo simplemente y no tener que afrontar esta conversación– ¿Por qué dices eso?

-Para ser franco, te ves triste, deprimido.

Harry simplemente cerró los ojos y giró la cabeza.
-Estoy bien.

-¿Qué está bien?

-Todo. Todo está bien. Sólo estoy cansado.

Draco permaneció en silencio por varios momentos. Y luego lo desafió.
-No, no lo está.

Harry le respondió bruscamente, su estado de ánimo escrito en su rostro.
-Entonces, ¿por qué no me dices qué es lo que está mal? Parece que lo sabes todo.

-Sólo estoy preguntando –Draco elevó el tono– Puedes hablar conmigo, lo sabes. Sobre todo. También sobre lo que te molesta.

-Nada es... –observó la mirada de Draco– Bien. Todo apesta cuando todos te odian –Harry se lamió el labio, el fondo de sus ojos le picaba. Volvió a acomodarse en el suelo, pero la suave brisa no le proporcionó ningún alivio.

Todo fue solo un juego - (español) || DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora