Todo fue solo un juego - (español) || Drarry

Capítulo 38: UNAS VACACIONES INCREÍBLES...

Durante las vacaciones por Navidad, cada día era un show de miseria distinto para Draco. El Señor Oscuro no apareció hasta la Nochebuena, pero los Mortífagos aún seguían escondiéndose en su Mansión.

El primer día de las vacaciones, los Carrow trajeron a una familia muggle de Escocia, y los torturaron tanto, que sus gritos aún resonaban por los pasillos mucho después de que los mataran.

-Quinta familia hoy –concluyó Amycus, y sonrió cuando Draco tuvo que ayudar a mover los cuerpos sin vida, porque la mayoría de los elfos domésticos en la Mansión ya habían sido asesinados.

El segundo día, Bellatrix trajo a dos hombres que se parecían bastante a Harry, lo suficiente como para hacer que a Draco se le cayera el estómago una vez que los vio. Pero eso fue para poner a prueba al mismísimo Draco, y Draco lo sabía, asique mantuvo una cara fría mientras los demás mortífagos les lanzaban más Imperdonables de los que Draco podía contar. 

Lucius escapó de Azkaban ese mismo día. Draco ni siquiera sabía que eso pasaría. Su cabello estaba destrozado y su rostro hundido por los efectos de los Dementores. Cuando Draco lo vió por primera vez, pensó que era un fantasma.

-Finalmente obtuviste tu Marca –había dicho Lucius en tono de felicitación cuando lo vio– como deberías.

Vete a la mierda, pensó Draco, y se fue a su habitación sin responder.

En Nochebuena, Draco se escondió en el ático casi todo el día hasta la entrada de la noche.

La reunión comenzó cuando todos compartieron sus crímenes o, como ellos los llamaban, sus "logros".

-Bienvenido de regreso, Lucius. ¿Has aprendido la lección? –dijo El Señor Oscuro.

Y así fue como todos los demás se giraron hacia los Malfoy, quienes estaban sentados juntos.
-Si, mi Señor -la voz de Lucius era ronca y débil.

-Considera Azkaban como una misericordia.

-Si, Mi Señor –Lucius intentó mantenerse firme.

-Draco –el Señor Oscuro se volvió hacia él– ¿Cómo está nuestro chico Potter?

Él no es tuyo. 

-Aún está de luto por la muerte de su padrino –dijo Draco y Bellatrix se rió– Cuando pierda a Dumbledore quedará devastado. Está cada vez más solo a medida que pasa el tiempo. También hubo tensiones entre él y sus amigos.

-¿Eres tú el responsable de esas tensiones?

-De algunas. Hago lo mejor que puedo para aislarlo cada vez más.

Los ojos rojos de Voldemort brillaron.
-¿Cómo es Potter en su tiempo libre? ¿Hay algo interesante que pueda ser de nuestro interés?

-Potter es una persona bastante aburrida. Lo único especial en él son sus habilidades para el Quidditch. Yo diría que, si usted lo ataca, lo hiciera a pie. No le deje tener acceso a una escoba.

-Debo haber estado en Azkaban más tiempo de lo que pensaba –dijo Lucius y soltó una risa sin humor– ¿Eres experto en Potter ahora?

Hubo un nudo apretado en la garganta de Draco cuando abrió la boca, pero el Señor Oscuro habló por encima de él.

-Tienes suerte de que te permita volver a nuestro ejército, Lucius. Tu hijo nos ha dado información que compensa tu insuficiencia –Lucius miró al suelo mientras el Señor Oscuro se volvía hacia Draco– ¿Sabes si sigue con las clases de Defensa?

-No. El Ejército de Dumbledore se disolvió el año pasado, y no tengo conocimiento de ningún esfuerzo por crear un grupo similar.

-¿Y qué es lo que hace ahora?