Todo fue solo un juego - (español) || Drarry

Capítulo 56: LOS AMIGOS DE HARRY

Advertencia: en éste capítulo hay TEPT (Trastorno de Estrés Post Traumático), ataque de pánico y menciones de suicidio (no hay intentos ni representaciones gráficas).

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Una vez terminado ese día, ambos llegaron sanos y salvos a Grimmuald Place.

La mañana siguiente, Harry dijo:
-Sólo quedan dos días más.

Draco se despidió de Harry.
-¿Estás seguro de que no quieres que vaya? –Preguntó Draco.

-Joder, no. Lo siento. No. Quédate a salvo aquí.

-Está bien. Te esperaré aquí.

Cuando Harry llegó a casa ese jueves en la noche, sólo dijo:
-Empieza a empacar.

Luego de comer unos bocados que Draco recalentó para él, Harry se fue a la cama temprano, pero no hizo nada más que mirar al techo, pensando en el día que le esperaba mañana.

Draco se recostó a su lado y tomó su mano, aún sabiendo que eso le traía poco consuelo a Harry. Estar juntos no podría curar este dolor, y Draco lo sabía.

Y Harry intentó dormir, pero no pudo. En lugar de eso, su mente se aceleró con los mismos pensamientos de siempre: Tu culpa. Todas esas personas están muertas por tu culpa.

Era pasada la medianoche cuando tuvo un ataque de pánico. Podía sentirlo llegar mientras su pecho se tensaba.

Salió de la cama y bajó las escaleras, con los ojos llorosos, antes de que sintiera como si dos manos agarraran sus pulmones y los apretaran mientras intentaba respirar. Pero no podía, no mientras sentía como se derrumbaba, no cuando sentía esa horrible sensación que se enroscaba alrededor de su estómago.

Cuando llegó a la cocina, sintió una voz:
-Amor, ¿estás bien? –Draco apareció detrás de él– ¿Estás bien?

Joder. Harry no quería a Draco aquí. No quería a nadie a su alrededor. Quería estar solo en su miseria.
Las manos de Harry se cerraron en puños y luego las apretó contra su pecho, tratando de calmarse.

Harry caminaba de un lado a otro, ahogándose.
-No quiero ir mañana... No quiero ir al funeral de Fred. No puedo ver a los Weasley así, no puedo.

-Todo estará bien –Draco trató de dar una voz tranquilizadora, pero ver a Harry entrar en pánico lo ponía ansioso– No pasará nada malo...

-Porque ya pasó lo malo. Porque pasó lo peor que podría pasar –respondió Harry apenas respirando.

Cuando el ataque de pánico alcanzó su punto máximo, las lágrimas brotaron de sus ojos y caminó por el lugar, tratando de recuperar el aliento, pero fallando miserablemente. Hiperventiló, y luego, la opresión en su pecho se aflojó, sus emociones lo atravesaron y, finalmente, pudo controlar un poco su respiración.

Draco estaba a su lado, y sólo cuando Harry se sentó extendió la mano para tocarlo, sentándose junto a él.
-Está bien. Está bien –dijo Draco.

Harry sacudió la cabeza y luego se cubrió la cara con las manos. Empezó a llorar, meciéndose en su silla.
-Shhh –Draco le frotó la espalda– Está bien.

-No quiero ir –su voz se hizo pequeña– pero tengo que ir.

-Si te sientes mal, no vayas –dijo Draco– No vale la pena ponerse peor.

-¡Sí, debo ir! Con todo lo que los Weasley han hecho por mi... –Harry se atragantó y tuvo que tomarse un momento para recuperar el aliento– Voy a tener que ver a George. En las veces que he ido a su casa no lo he visto, porque lo único que hace es quedarse en su habitación –Harry jadeó, hizo una mueca y se llenó de angustia– ¿Qué pasa si los Weasley se dan cuenta de que fue mi culpa? ¿De que debí haberlo salvado...?