Capítulo 82: LA SENTENCIA

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Esa noche no durmieron mucho.

Draco, Harry, Ron, Hermione, Blaise y Pansy se sentaron con Pumblechook mientras él los ayudaba con sus declaraciones, a expresar lo que iban a decir y a practicar las preguntas.

-Estas fueron las preguntas que planeé usar en su contra, Sr. Malfoy –Pumblechook le dio un documento– Si puedes responderlas correctamente, los debilitarás. Dudo que el abogado del Ministerio haga preguntas muy diferentes a estas. No hay tiempo suficiente para inventar otras.

Antes de ir al juicio, Harry lo ayudó a elegir su traje y le dio demasiados besos.
-¿Estás nervioso? –le preguntó Draco a Harry.

-Curiosamente, no. Solo estoy aburrido de las cosas que nos suceden. Estoy listo para terminar con esto. De hecho, estoy feliz de que puedas ponerle fin a esto.

-¿Por qué?

-Porque tu nombre será limpiado legalmente. Nunca nadie podrá decirte "Mortífago" de nuevo.

-Mientras el veredicto sea así...

-Así será.

Harry lo abrazó y le frotó la espalda.
-Te amo.

-Yo también te amo –respondió Draco.

Todos partieron de la red Flu de la oficina de McGonagall y cuando llegaron el Ministerio, había filas de reporteros, todos con grandes cámaras.

Draco tomó la mano de Harry y la apretó con fuerza. Hicieron todo lo posible por mantener la cabeza gacha mientras los periodistas les gritaban. Siguieron el camino a lo largo de la fuente recientemente renovada, que tenía una nueva estatua de personas tomadas de la mano al unísono en lugar "Muggles en el lugar que les corresponde".

Tal vez Kingsley estaba haciendo un buen trabajo, pero Harry no podía pensar en ello mientras destellos brillantes de los flashes los cegaban a ambos.

Sólo encontraron paz en los ascensores, aunque todavía había Aurores con ellos.

Bajaron a las salas del tribunal hasta llegar al lugar donde los testigos y la prensa tomaban un camino y los abogados y los acusados ​​tomaban otro. Draco y Harry se miraron por última vez, se apretaron las manos y se saludaron con la cabeza.

Y luego se soltaron y se separaron.

Mientras Draco continuó bajando al piso inferior, dos Aurores se acercaron a él.
-Todos los Mortífagos usan esposas -dijo el Auror.

-Él no es un Mortífago -Pumblechook se acercó detrás de él. Lo dijo con tanta naturalidad que fue extraño escucharlo de su boca para los oídos de Draco.

-Si está marcado, debe estar esposado.

Ellos lo esposaron. Draco no se permitió mirar a Pumblechook hasta que se paró encima de la plataforma que luego subirían para encerrarlo en la jaula.

Cuando sus ojos se encontraron con los de Pumblechook, la garganta de Draco se apretó. Por supuesto que estaba nervioso.

-Todo estará bien –le dijo Pumblechook, acercándose a él.

-¿Por qué dice eso?

-Porque todo es sólo un juego.

-¿Qué es solo un juego?

-La vida. Cada día es un juego. Hace un año, jugaste como un títere en una guerra. Tres años antes, jugaste como un hombre que amaba a su novio. Cuatro años antes, eras un matón que no tenía idea de todo lo que le iba a pasar. Hoy, interpretas a un acusado en un juicio. Mañana, jugarás como un delincuente encerrado o como un hombre libre, dependiendo de qué tan bien juegues hoy. Simplemente jugamos, y cada día intentamos ganar todos los juegos que podamos.

Todo fue solo un juego - (español) || DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora