Capítulo 71: IR A CASA

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Después de que terminaron de observar sus recuerdos, las enfermeras entraron para llevar a Harry de regreso a su habitación, donde había un batido de frutas esperándolo.

El miedo regresó a Harry mientras se sentaba en su cama.
-Puedo irme si lo necesitas –dijo Draco antes de tomar asiento.

-No –dijo Harry– Quédate.

Harry sostuvo el vaso, mirándolo.

Eres asqueroso si comes esto. Draco pensará que no vales nada y te dejará.

-¿Qué te dice? –Preguntó Draco.

-Dice que... si bebo esto, me dejarás, porque no valgo nada,

-¿Eso es lo que te está diciendo?

Harry asintió, el miedo tan familiar para él regresó.
-Se siente como... el comienzo de un ataque de pánico. Ese tipo de ansiedad. Y luego, esa voz tranquilizadora me disuade y me convence de no comer.

-Esa voz... ¿está separada de tu cerebro? –Preguntó Draco.

-Si. Quiero decir, suena como yo, pero...

-¿Qué te parece si le damos un nombre a esa voz? ¿Crees que eso podría ayudarte? -Harry levantó una ceja- Podríamos llamarla Umbitch.

Los ojos de Harry se iluminaron mientras esbozaba una sonrisa traviesa.
-Me gusta a donde está yendo esto –dijo Harry.

-Ella era una de las personas más mentirosas y manipuladoras, ¿no?

-Ella era una mierda –dijo Harry, antes de levantar el vaso y beber.

-¡Ja! Vete a la mierda, Umbitch -Draco levantó una mano y Harry chocó los cinco suavemente con él.

Harry bebió la mitad del batido y, después de hacerlo, una de las enfermeras le dio una poción para aumentar el volumen, de la cual, nuevamente, tomó la mitad.

-Cada vez que esa voz quiera convencerte de no comer, o te diga que no eres lo suficientemente bueno, fuerte, valiente o lo que sea de lo que quiera convencerte, dite a ti mismo que quien te está hablando es Umbridge.

-Lo haré –asintió Harry.

Pero aún así, era difícil.

Su estómago se contrajo porque no estaba acostumbrado a la comida. Y Harry, por supuesto, se sentía culpable.

-Umbridge siempre trató de hacerte sentir culpable –dijo Draco– Pero estaba equivocada en todo, ¿no? Era inútil y una pérdida de tiempo escucharla.

-Sí –estuvo de acuerdo Harry– Todo ella era una pérdida de tiempo.

Más tarde, ese mismo día, le trajeron un bocado de pan y lo pusieron frente a él. A Harry le tomó más de una hora comerlo, pero lo hizo, y luego lloró, pero Draco, aún así, se aseguró de que Harry celebrara su logro de todos modos.

Al caer la noche, ambos se abrazaron. Harry habló:
-Si pudiera hacer algo, cualquier cosa en el mundo, sería formar una junta para Hogwarts y yo sería parte de ese consejo. Examinaría a cada profesor contratado, y lograría que Hogwarts pueda albergar a los estudiantes durante el verano.

-Eso suena increíble.

-Pero no lo sé -dijo Harry- no quiero trabajar para el ministerio. Aunque, tal vez, después de que supere mi odio hacia Kingsley, pueda replanteármelo.

Draco asintió alentadoramente, y no pudo evitar deleitarse con la idea de que Harry estaba haciendo planes para un futuro cuando hace sólo unos días hubiera deseado haber muerto en la cirugía.
-¿Cómo va todo con Kingsley? –Preguntó Draco.

Todo fue solo un juego - (español) || DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora