Capítulo 64: ESPERANZA

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Advertencia: éste capítulo tiene TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático), anorexia e ideación suicida

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Cuando Harry llegó al campo de Quidditch el viernes, Draco ya estaba allí. Hizo que el corazón de Harry se acelerara. Estaba en una de las gradas, leyendo un libro.

Esa es mi alma gemela.

Desde aquella visita a la enfermería, Harry ya había bebido varias pociones para aumentar el volúmen, pero eso no quería decir que su alimentación hubiera mejorando. Era simplemente... mantenerlo allí. De hecho, Harry tenía batallas mentales antes de beber las pociones y, a menudo, se olvidaba de beberlas. Prefería olvidarlo, porque así evitaba dicha batalla mental.

Como sea, eso no importaba ahora que vio a Draco en la Torre Slytherin. Debía hacer que Draco recuerde que lo quería para luego ir a San Mungo y recuperar sus recuerdos.

Harry voló hacia él.

¡Oye, tú, alma gemela!

-¿Listo para volar? –Preguntó Harry.

Draco lo miró como si realmente no esperara verlo, y luego, su rostro cambió a uno de aburrimiento.
-No estoy aquí para verte –respondió.

-Te di una hora y una fecha –sonrió Harry con picardía– y estás aquí.

Harry metió la mano en su bolsillo trasero y sacó la snitch. Ésta comenzó a revolotear y dar vueltas a su alrededor. Entonces, el rostro de Draco se volvió de confusión mientras la miraba.
-Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que jugué... –dijo Draco– Simplemente debemos atraparla, ¿verdad?

-Sí –Harry frunció el ceño– Así es como funciona. ¿Quieres que vaya a buscar tu escoba?

-Si puedes encontrarla... Probablemente esté perdida...

Pero Harry lanzó:
-Accio escoba de Draco Malfoy.

Pasaron varios segundos y luego, atravesando los vestidores, la escoba apareció volando hacia Harry, y Harry la atrapó mientras sonreía. Luego, se la arrojó a Draco, quien casi la deja caer, pero la agarró en el último momento.
-Solo un partido –dijo Draco, y dejó su libro a un lado.

Harry sonrió, pero luego miró hacia otro lado para ocultarlo. Hizo lo mejor que pudo para no pensar en: el último día que vea a Harry Potter será el mejor día de mi vida. Tal vez Draco no quiso decir eso realmente. Quizás solo tuvo un mal día o estaba siendo un imbécil.

Draco montó en su escoba y salió volando. Se miraron y luego se alejaron, buscando el brillo de la snitch.

Harry hizo todo lo posible por ocultar su sonrisa. Jugar Quidditch con Draco era algo que habían hecho por última vez cuando tenían quince años.

La snitch brilló a su derecha. Draco y Harry se miraron. Draco voló primero y Harry sonrió, porque ahora era cuando iniciaba su plan.

Harry se lanzó hacia la snitch, ahora estaban codo a codo con Draco.

Luego, Harry saltó de su escoba y empezó a caer. Su plan era sentir los brazos de Draco rodeándolo para salvarlo. Tal como pasó en una de las primeras veces que jugaron Quidditch juntos en cuarto año. Esa vez que Harry vio el momento exacto en que los ojos de Draco cambiaron el color.

Pero Harry no sintió ningunos brazos rodeándolo. Al contrario, siguió cayendo. Por una fracción de segundo, Harry miró hacia atrás. Draco todavía estaba muy alto en el cielo. Harry se volvió hacia la hierba, que cada vez se acercaba más y más.

Todo fue solo un juego - (español) || DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora