Capítulo 24: ATRAPADO

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Abril terminó.

La ansiedad por los exámenes TIMOS se esparcía en el ambiente. La mayoría de los estudiantes pasaba su tiempo libre estudiando y entrando en pánico ante el calendario.

Por restricción y por necesidad, Draco y Harry se volvieron, nuevamente, adictos el uno al otro. Pero no importaba, porque estaban juntos. Y se les permitía estar juntos, al menos por ahora.

Porque había algo, en el fondo de sus cabezas, que no los dejaba separarse: algún día, tal vez, no estarían así.

Cuando llegaron a su próxima cita, Draco no pudo contener una sonrisa.
-¿Qué? –Preguntó Harry.

-Tengo una sorpresa para ti.

-¿Eh?

-Accio –lanzó, y la escoba de Harry voló hacia el agarre extendido de Draco.

La boca de Harry cayó y sus ojos se abrieron como platos.
-¡Mi Saeta de Fuego!

-Lo robé del armario de Umbridge. Tendré que devolverla, pero antes, ¿quieres jugar?

Draco pensó que Harry iba a correr hacia la escoba y tomarla, pero, en lugar de eso, Harry se lanzó encima de él, enviándolos a ambos al suelo. Harry dejó besos en la mejilla, la frente, las sienes, la nariz, la barbilla, la mandíbula y los labios de Draco. Y Draco lo abrazó con fuerza, sus dedos yendo inconscientemente al dobladillo del suéter de Harry.

Pero entonces Harry saltó de él.
-¡Vamos, apresúrate! –dijo y Draco lo miró mientras subía a su escoba, sonriendo tan ampliamente– Tenemos muchas partidas que jugar.

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Una semana después, Draco recibió una nota justo después del almuerzo:

"Sr. Malfoy,

Por favor, visíteme inmediatamente.

Profesora Umbridge."

El corazón de Draco se aceleró mientras las sirenas sonaban en su cabeza, porque siempre existía la posibilidad de que ella pudiera haber descubierto sobre él y Harry, a pesar de que fueron extra cuidadosos. Pero cuando llamó a la puerta y ésta se abrió, encontró a Cho Chang sentada en medio de la habitación, llorando.

El primer instinto de Draco fue pensar: Te lo mereces por besar a mi novio. Tenía casi la intención de hechizarla. Había esperado tanto tiempo para vengarse y, si Harry lo cuestionaba, podría simplemente decir que Umbridge lo obligó a hacerlo.

Es hora de torturar...
¿Cómo podría no hacerlo? Ella besó a su novio.

Pero luego se dió cuenta de que Crabbe, Goyle y Filch estaban allí y, por lo tanto, que en todo esto había algo más.

-Señor Malfoy, me gustaría informarle que nuestro arduo trabajo ha dado sus frutos –dijo Umbridge con una sonrisa que podía hacer que la leche se cortara al verla– Hay una organización secreta entrenándose para derrocar el Ministerio dentro de nuestros propios muros. Una organización de la cual Harry Potter es líder. La señorita Chang nos lo ha dicho todo, incluyendo su ubicación –ella miró a Cho y luego de nuevo a Draco– Llévala. Tenemos un grupo de estudiantes que necesitan ser castigados.

-Excelente –dijo Draco, pero por dentro, se arrugó.

Será mejor que no lastimes a Harry, Umbrigde, porque no sabes de lo que soy capaz.

-Vengan conmigo. Todos –decretó.

El grupo la siguió y Draco se aseguró de que su agarre sobre Chang fuera incómodo y fuerte. Caminaron por pasillos y pasillos hasta que se detuvieron frente a una pared en blanco.

Todo fue solo un juego - (español) || DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora