Capítulo 80: ASTORIA

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A la mañana siguiente, Draco se encontró con Harry en su dormitorio después de que Pumblechook le entregara el nuevo contrato.

-¿Listo? –Preguntó Draco.

Harry agarró el frasco Multijugos y le agregó los pelos del Auror. Draco sacó sus lentes de contacto y se los puso. Parpadeó varias veces para acostumbrarse.

-Se ven tan reales –dijo Harry, con el pecho apretado al verlos.

-Bueno, no lo son. Sigo siendo yo.

Harry respiró hondo antes de tomar un trago de Multijugos. Rápidamente empezó a cambiar. Su cuerpo ardió y se transformó en uno muy diferente al suyo. Harry creció más allá de la altura de Draco, se hizo más fuerte y más ancho. Apareció una barba en su rostro, junto con mechones rizados que cubrían su cabeza.

-¿Cómo te sientes? –Preguntó Draco.

-Extraño –la voz de Harry era la misma– Espera, espera –Draco lo miró y Harry lo empujó. Draco tropezó hacia atrás.

-¡Ay! -se quejó Draco.

-Lo siento, quería hacer eso. No estoy acostumbrado a ser tan fuerte. Aunque, realmente, me gusta esta altura. Tengo un mejor ángulo de tu cabello.

Draco resopló, arrojó la capa de invisibilidad sobre ellos mientras se escabullían a través del castillo hacia la oficina de Pumblechook. Harry tuvo que encogerse porque la capa dejaba al descubierto sus tobillos.

Pumblechook estaba sentado en su escritorio. Antes de entrar, Draco y Harry se quitaron la capa.
-Wow, muy convincente –le dijo a Harry una vez que entraron.

-¿Cree que funcionará? –Preguntó Harry

-Si no te revelas... ¿te das cuenta de lo que pasará si te atrapan?

-No, y realmente no nos importa en este momento –dijo Harry.

Pumblechook revisó el contrato que le había entregado a Draco. Estaba escondido en medio de los papeles.
-Hice un contrato trucho acerca de la venta de su propiedad, Sr. Malfoy, para despistar. Espero sepan hacer las cosas bien.

Ellos asintieron, tomaron el contrato y entraron a la red flu.

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Un frío glacial lamía los sucios muros de piedra de Azkaban hasta congelarlos. Ambos pudieron sentir que el frío se infiltraba en su interior mientras estaban en el interior de Azkaban.

-Expecto Patronum -susurró Harry, pero no permitió que su patronus de ciervo se volviera corpóreo, más bien lo mantuvo en una luz medianamente apagada.

-Gracias –susurró Draco, cuyos ojos se llenaron de lágrimas. Era una depresión estar aquí. Una desesperación que su cuerpo recordaba, pero su cerebro no.

Harry agarró la parte de atrás del abrigo de Draco como si lo estuviera arrastrando, y luego lo empujó hacia adelante por los pasillo hasta que llegaron a un escritorio que estaba escondido detrás de unas rejas. Una recepcionista tenía un patronus que se armaba en un delfín que nadaba a su alrededor en un rayo de luz.

-Draco Malfoy necesita visitar a Lucius Malfoy por asuntos oficiales del Ministerio –habló Harry.

-¿Insignia? –pidió ella.

Harry parpadeó. Se palpó los bolsillos y sintió un bulto. Sacó la placa que decía: Noah Hooper, Auror de primera clase .

Los amo, Ron y Hermione, pensó.

Ella lo miró.
-Bien –ella le entregó a Draco la insignia de visitante– Está en el piso 38.

Se abrió una puerta a su izquierda que conducía a un ascensor. Ambos parpadearon, pero continuaron sin hacer preguntas.

Todo fue solo un juego - (español) || DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora