Capítulo 9: CRUSH

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Draco dio vueltas y vueltas durante toda la noche. En lugar de que la culpa y la frustración lo mantuvieran despierto, ahora eran los nervios y el miedo a ser incapaz, porque, ¿qué pasaría si Potter conociera su verdadero yo y lo terminara odiando? 

Porque, en realidad, Draco se odiaba por quién era.

Y...¿cuánto de su verdadero yo estaba en esas citas falsas?

¿Quién era el verdadero Draco?

El verdadero Draco... alguien que se escondía bajo el manto que su padre lo condicionó tener.

¿Por qué era esto tan jodidamente complicado? La vida era mucho más fácil cuando él era sólo un matón y cuando sólo se preocupaba en fingir ser algo que le gustara a Potter.

Se dio la vuelta en su cama, lanzando lumos y revisando su reloj de bolsillo periódicamente.
A las 5:03 de la mañana, Draco dudó antes de ponerse las pantuflas y la bata de seda. Caminó de puntillas hasta la puerta de Pansy, tocando suavemente hasta que ella la abrió momentos después.
-Oye –susurró Draco.

-¿Qué quieres? –respondió Pansy, con el pelo desordenado y los ojos apenas abiertos.

-No puedo dejar de pensar en él –ella tenía los brazos cruzados sobre el pecho– Estoy muy nervioso. No sé qué hacer.

-Faltan horas, Draco. ¿No podrías haber esperado hasta la mañana?

-Es de mañana, técnicamente.

Ella lo fulminó con la mirada y lo dejo pasar, cerrando la puerta. Se sentó en su cama y se cubrió con el acolchado mientras Draco se sentaba en la silla de su escritorio, frente a ella.
-No entiendo cómo puedo seguir sintiéndome así –Draco sacudió la cabeza, le ardía la garganta.

-Es un flechazo. Eso es lo que pasa –Pansy bostezó y se frotó la cara– No puedo creer que nunca hayas tenido uno antes. Ni siquiera de esos estúpidos que tienes a los doce años.

Draco giró su anillo Malfoy.
-Conoces a mi familia. No me atrevería a tenerlo.

-Si, lo sé.

Draco tomó un respiro profundo.
-Odio sentirme tan fuera de control.

-¿Nunca has querido estar fuera de control? Se un simple adolescente por un momento.

-Ser un adolescente no te lleva a ninguna parte. Además, tengo catorce años. Voy a dirigir Malfoy Manor en unos años. Jugar y tener citas en lugar de aprender a ser poderoso... es un desperdicio de tiempo.

Pansy respiró hondo.
-Tu padre te lavó el cerebro. Y creo que finalmente te estás dando cuenta.

-Mi padre es un ex-mortífago, en caso de que no lo recuerdes. ¿Crees que no me criará para que sea como tal, incluso si Quien-tú-sabes no está? Y salir con Potter, justo con Potter entre todas las personas, es el contraste directo de lo que representa mi padre. ¡Merlín!, ¿qué estoy haciendo? –Draco puso su cabeza entre sus manos– No puedo enamorarme de Potter. No puedo amar. No puedo reír. No puedo hacer esto.

-Espero que Potter te cambie –dijo Pansy en voz baja.

Él la miró.
-¿Que se supone que significa eso?

-Creo que podrías ser una buena persona si aprendieras a serlo. No quiero que seas como tu padre. Es cruel. Es malo. Está vacío.

-Él es poderoso.

-El poder no llena ese agujero en tu pecho. Nunca. Lo sé. Lo descubrí con mi propia familia. Mis padres poseen el mejor sistema bancario en el Mundo Mágico y, aún así, no es suficiente para ellos. Todavía quieren más dinero, más poder. Buscan constantemente personas que poseer y honorarios que agregar y vidas que destruir. Nunca estarán satisfechos y es agotador observarlos.

Todo fue solo un juego - (español) || DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora