Capítulo 31: SUERTE LÍQUIDA

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Terminaron de escribir el guión del Plan de Daños Irreparables a las cuatro de la mañana, después de muchas discusiones y lágrimas por parte de Draco.

-No quiero hacer esto. ¡No quiero lastimarlo! -decía Draco.

-Tienes que hacerlo. Ya no tienes otra opción –le respondía Pansy.

La primera fase del Plan de Daños Irreparables o Plan DI (que no era tan emocionante como El plan para seducir a Potter) era hacer que todo siguiera exactamente igual al año pasado para que Harry no sospechara que algo extraño sucedió durante el verano.

La segunda fase del plan implicaba darle señales a Harry, señales de que lo que tuvieron no era real para que él se preocupara.

La fase final del plan llegaría el día en que Harry se enterara de que Draco era un mortífago. Consistía en decirle a Harry que todo era falso y mostrarle su marca tenebrosa.

Porque, indudablemente, Harry se enteraría. Era imposible que no lo hiciera dado que Draco tenía que introducir mortífagos en el castillo a finales de año y asesinar a Dumbledore.

El objetivo de este plan era que, el día que Harry se entere, lo odie. Lo odie tanto que no quisiera protegerlo. Que él creyera que Draco había decidido por si mismo el seguir a Voldemort.

Draco temía entrar en la fase dos del plan, así que, en lugar de pensar en eso, se puso a trabajar para divertirse con Harry. Pero en dosis calculadas que él controlaba. Todo era en sus términos.

¿Por qué la vida iba a ser tan difícil ahora? Amar a Harry era tan natural como respirar, pero ahora... ahora sentía como si estuviera siendo estrangulado.

-¡Ah, Harry, muchacho! Me tenías inquieto. Vienes acompañado, ¿eh? –saludó Slughorn apenas Harry pasó por la puerta del salón de Pociones.

-Ron Weasley, señor -se presentó Weasley- pero soy pésimo en Pociones. Una amenaza. Asique mejor me...

Weasley trató de salir del salón, pero Harry se posicionó detrás de él para evitar que lo hiciera.

-¡Tonterías! –dijo Slughorn– Te educaremos. Cualquier amigo de Harry es amigo mío. Saquen sus libros.

Draco frunció el ceño. Esta era la clase de Pociones Avanzadas. Se suponía que Harry no debería estar aquí. Harry tenía una hora libre. Habían hablado de eso la noche anterior antes de irse. No debía ver a Harry hasta el miércoles en Defensa Contra las Artes Oscuras, y luego el viernes en su cita.

-Lo siento, señor. Aún no tengo mi libro. Tampoco Ron –respondió Harry.

Espera. ¿Se matriculó? ¿Eso significaba que podría ver a Harry? Eso significaba que podría ver a Harry. Lo que significa que había una hora y media extra que compartirían y que no estaba en los planes de Draco.

No, no, no.

-No importa –dijo Slughorn– Tomen los del armario –Slughor se se volvió a la clase– Como les decía, preparé unas pociones ésta mañana.

Draco no escuchó nada más de lo que Slughorn decía. Sus ojos estaban en Harry y Weasley, quienes luchaban en un rincón.
En realidad, los ojos de Draco estaban fijos en el culo de Harry... ¡Basta! Estás perdiendo el control.

Sus ojos cayeron al suelo con culpa, porque sentía que no merecía disfrutar a su novio de esa manera. No después de todo lo que había hecho.

Weasley y Harry se separaron, y Weasley se giró con una sonrisa de éxito en su rostro, mientras Harry se mofaba con un libro andrajoso en sus manos.

Todo fue solo un juego - (español) || DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora