Mi Secreto. (Jinx- JaekyungxKimDan)

Capítulo Veintiséis.

—Kim Dan, despierta.

Me cubro por completo con la manta al sentir su mano en mi hombro.

—Fue tu idea tenerme aquí hoy, así que levántate.— su tono se vuelve impaciente.

Me quejo por lo bajo y cubro mis ojos. Jaekyung pudo dormir bien durante toda la noche, no importa cuánto me moví en la cama o las vueltas que di por el departamento, él nunca despertó.

—Quiero dormir...

—Saldré a correr entonces.

—¡No...!¡Auch!— me caigo de la cama y mis rodillas reciben todo el golpe.

—¿Qué te sucede?— sus manos pasan por debajo de mis brazos y me sienta de nuevo en la cama. Agarra mi mejillas y eleva mi cabeza.
—¿No dormiste? Tienes fiebre.

—Estoy bien.— entrecierro los ojos y aparto su mano para poder acostarme de nuevo.
—Sólo necesito dormir.— susurro, cierro los ojos y su voz se vuelve distante.

Desde lo de ayer, mi cuerpo se siente exhausto y ni hablar del vacío que crece en mi pecho. Me siento preocupado, triste y ansioso.

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Abro los ojos y los vuelvo a cerrar rápidamente ante la intensa luz.

—Señor Kim, bienvenido de vuelta.— la voz del doctor Park se escucha cerca.

—¿Por qué...?— suspiro y trato de levantar mis brazos, pero algo me lo impide.
—Mi bebé...

—Él está bien, no te preocupes. Tu Alfa me llamó y me dijo que venían para acá, me llevé un susto de muerte al verte desmayado y con tu nariz sangrando.— suelta una risita y escucho sus pasos, luego la habitación se torna completamente oscura.

Abro los ojos y miro alrededor, pero debido a la oscuridad no puedo ver bien.

—Lo corrí de aquí y está esperando afuera. No podía revisarlos con él mirándome con claras intenciones de golpearme.

—Lo lamento.

—Está bien, los Alfas somos protectores con los nuestros.— se sienta en una silla a mi lado.
—Dígame, señor Kim, ¿qué sucedió? Recuerdo haberle dicho a su pareja que tuviera mucho cuidado con usted.

—Compré el collar.— susurro, trago el nudo que se forma en mi garganta y aparto la mirada.
—El señor Joo no quiere marcarme, él no quiere tener un compañero y trato de acercarme al él porque su lado Alfa me dijo que tuviera paciencia, pero se aleja y vuelve su trato indiferente...

—Señor Kim, respire.

Sorbo mi nariz y utilizo mi brazo libre para cubrirme los ojos.
—No sé que sucede, no pude dormir en toda la noche y tampoco quiero comer.

—Está bien, relájate, te quedarás aquí hasta mañana. Le diré al señor Joo que regrese a su casa por ahora.— suspira y apoya la mano sobre la mía.
—Señor Kim, para los Omegas recesivos sin marcar, un embarazo puede significar la muerte. El señor Joo está al tanto de eso.

—¿Necesito una mordida en mi cuello para poder vivir con mi bebé? Que injusto.— sonrío sin ánimos y quito mi brazo.

—Es lo que sucede cuando se tiene a un dominante como pareja, señor Kim.