Capítulo Treinta y Seis.

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Me quejo por lo bajo y abro los ojos ante el repentino dolor en mi espalda. Estoy en una posición cómoda y no quiero moverme.

—Deja de quejarte.— Jaekyung se mueve, pero no se aparta y deja mi vientre reposar contra su cuerpo. Su tono es grave y adormilado.

—Me duele la cintura.— apoyo la frente en su hombro y me aferro a su brazo.
—Quiero ir al baño.— mi voz sale bajita. No quiero molestarlo, pero realmente necesito ir y no puedo moverme.
Las lágrimas se acumulan en mis ojos y me froto contra su brazo.

Él se levanta con cuidado y se estira antes de voltear e inclinarse hacia mí.

—Estás más llorón, ¿también te pondrás caprichoso?— deja salir una risita burlona mientras me levanta.

—No es así.

—Por supuesto.

Camina con calma hasta el cuarto de baño, enciende las luces y me deja frente al inodoro. Le agradezco y coloco una mano en mi cintura para apretar y dar unos masajes.
Jaekyung me observa por un largo rato hasta que decide salir y cerrar la puerta.

Me siento cansado, sin energía y con mucho sueño. El dolor en mi cadera ya no está, pero ahora ese dolor se centra en mi cintura y espalda.

Ayer no pude ir con el doctor Park, luego de decirle la contraseña a Jaekyung caí profundamente dormido y me desperté para la cena. Toco mi cuello y suspiro, ya me había acostumbrado a él.

¿Qué hará Jaekyung ahora? No debí caer tan fácilmente.

Lavo mis manos y observo mi reflejo en el espejo. Mi piel está pálida y el borde de mis ojos están rojos.
Él tiene razón, estoy más llorón que antes.

Salgo del cuarto de baño y jadeo sorprendido al ser levantado de golpe. Miro al Alfa y éste no dice nada, sólo regresa a la cama y me deja allí.

—Tu doctor Park nos espera por mañana.— se acuesta, tomando la misma posición que tenía antes de despertar. Me acerco despacio y también me pongo en la misma posición. Se escucha un gruñido de su parte y cierro los ojos para seguir durmiendo.
Su aroma ayuda a calmar mi dolor y aprieto más su brazo.

¿Qué pasará ahora?
¿Jaekyung seguirá con su idea de marcarme?
Sólo quedan seis días.

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—Oye.

Mueven mi hombro y gimo con disgusto al ser despertado.

—Ya es hora de irnos, levántate.

El señor Joo me levanta para dejarme sentado. Aún sigo con los ojos cerrados, pero decido abrirlos ante su silencio.
Su vista está clavada en mi pecho, tiene ambas cejas levantadas y su aroma llena la habitación de forma pesada.

—¿Qué...?— murmuro confundido. Bajo la vista y abro grande los ojos al ver la camisa mojada.
—¿Qué es esto?— levanto la prenda y veo que mis pezones están rojizos y duros, de ellos sale un líquido lechoso. Llevo una mano hasta esa zona y gimo adolorido.

—Cámbiate y baja, tienes que desayunar.— se cubre los ojos y se levanta para salir de la habitación.

Me quedo sentado mirando hacia la puerta. Su reacción fue extraña.
¿No sabe que los Omegas masculinos pueden amamantar?
Le diré al doctor Park que nos hable sobre eso.

Me levanto y respiro profundo cuando me enderezo. Me siento pesado y mis piernas no tienen mucha fuerza.
Busco un cambio de ropa y voy hasta el baño para tomar una ducha.

Mi Secreto. (Jinx- JaekyungxKimDan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora