Capítulo Cincuenta y Cuatro.

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Abro la puerta con calma y arrugo el ceño ante el aroma desconocido. Son feromonas de Omega, muy fuertes.

—¿Trajiste los batidos?— Kim Dan aparece de golpe y me quita la bolsa con los batidos. Su sonrisa se agranda y levanta la mirada para verme.

—¿Qué...?— pregunto al ver el brillo en sus ojos. Sin decir algo, pasa un brazo por mi cuello y tira hasta lograr que me agache a su altura. Deja un corto beso en mis labios y luego me abraza.

‘...’

—Gracias.— me suelta y se aleja casi corriendo. Mi pecho se siente cálido y puedo percibir mi propia satisfacción al verlo cómodo conmigo.

No lo arruines.’

—Se te está cayendo la baba.— la voz envidiosa de Jung-ho me hace gruñir molesto.
—¿Por qué no me dijiste que los batidos eran para él?

—Deberías saberlo.

—A Hajun nunca le gustaron.

—Tal vez no lo conoces bien.— palmeo su hombro y voy hasta la sala, donde se escucha la voz animada de ambos Omegas.

Observo la escena en silencio y arrugo el ceño al notar lo cerca que están. Tienen al bebé entre ambos y sus rostros están pegados mientras discuten cual es el mejor sabor.
Me acerco y agarro a Kim Dan para alejarlo un poco.

—¿Qué sucede?— me mira con grandes ojos.
Cuando estoy por decir algo, Jung-ho me interrumpe.

—¡Hajun!— la desesperación se refleja en su tono.

Tanto Kim Dan como yo lo vemos a él para luego voltear a ver al Omega. No tiene ninguna reacción, sólo sigue jugando con el cachorro.
Jung-ho da grandes pasos y busca agárralo, pero se aparta a tiempo. Ambos se observan fijamente hasta que el Omega arruga el ceño y se levanta.

—Sólo vine a ver mi amigo, me iré ahora.

—Vamos a hablar, Hajun.

—Hablen fuera de mi casa.— interrumpo, observo a Jung-ho fijamente y él asiente. Agarra a su Omega y salen de la casa sin mayor problema.

—¿Van a estar bien?— Kim Dan agarra mi brazo y mira preocupado hacia la puerta.

—No lo sé, es su problema.— agarro su mentón y levanto su rostro para besarlo. El sabor a fresa me hace gruñir y lo aprieto más contra mi cuerpo.
—Me debes muchas, Kim Dan.

—No es cierto.— su rostro enrojece y rápidamente se oculta en mi pecho.
—Podemos... Podemos hacerlo en unos días.— su agarre se intensifica al igual que su vergüenza.

Sonrío ante su actitud y decido molestarlo más.

—¿Qué haremos en unos días?— meto mi mano entre su ropa y acaricio la suave espalda. Su piel está caliente y veo como su cuello enrojece.
Balbucea algo y no logro entender.
—Habla con más claridad, pequeño hamster.— pellizco su cintura y él da un brinco.

Levanta la cabeza, dejando el mentón apoyado en mi pecho. Sus mejillas están rojas y sus ojos brillan con cierta picardía.

—Haremos el amor.— sonríe de forma inocente y puedo sentir mi corazón latir con prisa.
—¿Verdad?

La dulzura se extiende por su rostro y cierro los ojos para evitar hacer alguna expresión extraña.

‘Es hermoso, nuestro Omega es hermoso. Díselo.

—¿Jaekyung?

—Tienes razón.— lo levanto de forma abrupta y me siento a un lado del cachorro con Kim Dan en mi regazo.
—Haremos el amor, Kim Dan.— siento mi propio rostro caliente, pero no importa al ver su sonrisa agrandarse.

Mi Secreto. (Jinx- JaekyungxKimDan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora