Mi Secreto. (Jinx- JaekyungxKimDan)

Capítulo Dieciocho.

Los Omegas son complicados.

—¿De verdad lo hiciste?

Kim Dan no me quiere ver desde lo que pasó ayer. ¿Por qué le doy importancia?

—¿En serio?

Ruedo los ojos y gruño para que deje de verme como si fuera idiota. Namwook se ríe sin parar, hasta lágrimas brotan de sus ojos.

—Ya... Lo siento, es que tú.— una carcajada y golpea el escritorio.
—Estás realmente perdido. ¿El gran emperador y Alfa dominante no sabe lo que es un nido?

—¿Nido?— levanto ambas cejas y dejo que continúe riendo. Cruzo los brazos y recuerdo la mirada dolida en el Omega. Su llanto se podía escuchar desde mi habitación.
¿Habrá dormido? ¿Tan importante era esa manta?

Me levanto y Namwook también lo hace. Agarra mi brazo y me frena para que no salga de la oficina.

—Te diré algo importante.— seca las lágrimas y aclara su garganta.
—Los Omegas arman un nido para sentirse seguros, buscan cosas suaves y lindas para ellos. Jaekyung, ¿tu ropa no ha desparecido?

—No lo sé, mi armario es grande.

—Claro.— acomoda sus gafas y mueve la mano de un lado a otro.
—Dan no te deja entrar a su habitación porque te ve como una amenaza, más ahora que rompiste algo tan importante para él.

¿Amenaza? Pero si dijo que le gustaba.

—¿Y yo como iba saber que esa manta era especial?— levanto los hombros y él me pega con su mano en la espalda.

—¿Te disculpaste al menos?— me quedo callado y él suspira con pesadez.
—Jaekyung, Dan está sensible por el embarazo y si continúas con esa actitud, él no dudará en irse para mantener seguro al cachorro. Lo sabes, ¿verdad? No importa lo mucho que te quiera a ti.

Lo sé, ese médico también me lo dijo. Los Omegas son capaz de desvincularse del Alfa si lo creen necesario para cuidar a los cachorros. No importa si están marcados.

—Estoy haciendo lo que puedo. No lo hago trabajar ni tampoco tenemos sexo, está tranquilo, ¿qué más quiere?

—A ti, por supuesto. Las feromonas del Alfa ayudan bastante y tú te la pasas aquí todo el día. ¿Acaso le dijiste que estás libre por un tiempo?— Namwook regresa a su asiento.

Mi celular suena con la llegada de una notificación y la reviso. Levanto una ceja al ver el nombre de la tienda.

—Namwook.— llamo sin levantar la mirada del celular.
—Dijiste que a los Omegas les gusta el sabor frutal, a Kim Dan le gustó ese batido...

—Sí, a mi esposa le encantaban. Hay una tienda famosa en la ciudad, vende muy bien y la mayoría de sus clientes son Alfas.

—Ya me voy, tomaré unos días de descanso.— guardo el celular y levanto la mirada.
—No es por él.— digo al ver su rostro.

—Seguro, lo que digas. Te avisaré cuando sea requerida tu presencia.

Ruedo los ojos y salgo de su oficina.
Kim Dan salió del departamento y fue a esa tienda llena de Alfas.

.
.
.
.
.
.
.
.

Cada rincón de este lugar apesta a él. ¿Por qué está tan feliz?
Me acerco despacio y sin hacer ruido. Está en el sofá tomando aquel batido y hay dos más a un lado.

—¿Por qué hueles a otros Alfas?

Da un salto y se levanta, junta los vasos vacíos con prisa y se va a la cocina. Su mirada en ningún momento se cruzó con la mía.
¿Me está ignorando?