Capítulo Cincuenta y Cinco.

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—Me hubiese gustado que estuvieras aquí.— toco la placa con la foto de mi abuela y retengo las lágrimas. Bajo la mirada al sentir la manito de Jae-Hwan moverse.
—Él es Jae-Hwan, abuela, mi precioso bebé.— sonrío ante sus grandes ojos.

Quise venir a verla en cuanto salí del hospital, pero los días fueron un tanto ajetreados. Hoy, Jaekyung salió para ir al gimnasio, por lo que aproveché a venir.

—Señor Kim, es hora de volver.— Hana está detrás. Insistió mucho en acompañarnos.

—Si, sólo un momento.— digo, sus paso se alejan y suspiro.
—Me haces mucha falta, abuela. Quizás contigo aquí no habría sufrido tanto.— acomodo las flores y sonrío con tristeza.
—Volveré pronto y traeré a Jaekyung. Adiós, abuela.

Me alejo de allí mientras limpio algunas lágrimas. Jae-Hwan sigue moviendo su manito y cuando lo acerco a mi rostro para darle un beso en su frente, apoya su palma en mi mentón.

—Volvamos a casa, Jae-Hwan.

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Observo al Omega dormido con los brazos cruzados. Namwook no me dejó ir hasta muy tarde y ahora sólo puedo observarlo dormir plácidamente.

Salgo de la habitación y bajo a la sala para hablar con Hana.

—El señor Kim salió apenas usted se fue. Me dijo que no era necesario que fuera, pero insistí y terminamos visitando a su abuela en el cementerio.— la beta informa todo de manera clara.
—Regresamos a casa y el cachorro estuvo inquieto, por lo que el señor Kim no descansó bien.

Asiento, indicando que estoy escuchando. Kim Dan me envió un mensaje en la tarde, dijo que todo estaba bien y que no importaba si tardaba.

—Jae-Hwan no permitió que yo lo cargara, así que el señor Kim se encargó de todo. Se mantuvo a su lado todo el día hasta que logró hacerlo dormir.— detiene las palabras y la miro con ambas cejas levantadas.
—Su cachorro es muy energético.

Gruño por lo bajo y le indico que se retire.
Regreso a la habitación y me agacho a la altura del nido. Kim Dan está de costado mientras apoya la mano sobre el estómago del niño. Tiene el borde de sus ojos teñido de rojo y la tristeza sigue apareciendo a través del lazo.

Toco su hombro, logrando que se gire y quede boca arriba. Su respiración es tranquila y arruga levemente su nariz.

‘No lo despiertes.'

—No lo haré.— susurro, aunque tenía intención de hacerlo.
Llevo una mano hasta su rostro y toco su nariz con la punta de mis dedos. Él resopla molesto y busca girarse de nuevo hacia el cachorro, pero lo retengo.

Mi Secreto. (Jinx- JaekyungxKimDan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora