Capítulo Cuarenta.

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Retiro la manta y me levanto del regazo de Jaekyung, quien duerme con su espalda apoyada en la pared. Camino apresurado para llegar al baño y poder orinar lo que retuve en la noche.

—Tengo hambre.— murmuro mientras me lavo las manos. Agarro mi cepillo y le pongo pasta dental.
Observo mi reflejo y apoyo una mano sobre la encimera, la marca de dientes es lo que más destaca, el borde está rojizo y duele si muevo mucho el cuello.  Cierro los ojos y cepillo mis dientes con calma.

—Oye.— un par de manos se aferran a mi cadera y siento el duro cuerpo presionar contra mi espalda. Jaekyung descansa su frente en mi hombro, lo miro a través del espejo y noto que sus ojos están de un tono dorado, pero rápidamente cambia al normal.
Aún detrás mío, agarra su cepillo e imita mis acciones.

Terminamos luego de unos minutos, ningún dice algo sobre lo sucedido ayer. El ambiente entre ambos es tranquilo y Jaekyung luce relajado.

Cuando bajamos al comedor, veo a la mujer que Jaekyung contrató. No me dijo su nombre.

—El almuerzo está listo, no quise despertarlos para el desayuno.

—Lo lamento, gracias por la comida.— inclino mi cuerpo un poco y tomo asiento.

—¿Por qué no estás comiendo?— señala mi plato y luego se sienta a mi lado.
—Ayer no comiste nada.

Aprieto los labios y desvío la mirada. Tengo hambre, mucha, pero también quiero algo más. Es un deseo que el señor Joo puede cumplir, sin embargo no lo hará. Ayer fue demasiado para él.

—Señor...

—No me llames así.— su tono es serio, ocasionando que lo mire con grandes ojos.
—Dime Jaekyung, ayer no parabas de decirlo.— sonríe con malicia y continúa comiendo.

Mi rostro se calienta y decido ignorarlo hasta terminar el almuerzo.
Jaekyung fue bastante dócil conmigo, no se quejó en ningún momento por mi exceso de cariño y hasta devolvió algunos.

"Sí, nuestro bebé."

Sonrío felíz y acaricio mi vientre, las emociones a través del lazo no mienten. Son genuinas y es lo que Jaekyung siente en realidad, aunque no lo diga ni demuestre.

Siento su mirada en mi cara, pero mantengo los ojos cerrados. Disfruto de mi felicidad hasta que recuerdo algo.

—¿Irá al gimnasio hoy?

—Sí, tengo una pelea dentro de unas semanas, Kim Dan.— termina de comer y bebe de su jugo.
—¿Por qué? ¿Quieres mantenerme aquí contigo?

Bajo la cabeza y termino los últimos bocados. Me levanto sin decir nada y voy hasta la habitación del bebé.

No es que quiera mantenerlo aquí, sólo quiero estar con él, al menos unas horas más. ¿Él realmente siente la conexión?
Se supone que un Alfa, por instinto, sabe lo que necesita su pareja.

Jaekyung es un dominante, tiene esa parte más desarrollada, ¿no?

—Si quieres algo, dímelo.

Volteo a verlo, está cruzado de brazos y me mira con el ceño arrugado.
La confusión y molestia se mezclan, también hay otro sentimiento difícil de descifrar.

—No leo mentes.— entrecierra los ojos y se acerca unos pasos.
—Es frustrante sentir algo y no saber cómo calmarlo. Así que, dime directamente lo que quieres.

—Lo quiero a usted.— yo también me acerco. Lo miro a los ojos y suspiro.
—Quiero poder abrazarlo y besarlo sin temor a que se moleste. Quiero poder demostrar mi amor sin recibir miradas de disgusto o palabras hirientes. Quiero que usted también lo haga sin que yo lo presione.— apoyo una mano en mi pecho y me aparto un poco.
—Siento cada emoción, pero usted no lo expresa y me hace estar confundido. Dudo en si realmente el lazo sirve en usted.

Mi Secreto. (Jinx- JaekyungxKimDan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora