Capítulo Cuarenta y Seis.

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Me remuevo en la cama y abro los ojos con cansancio. Jae-Hwan no se durmió hasta muy tarde y me quedé con él.
¿Por qué estoy en mi habitación?

Unos golpes en la puerta me hacen salir de mis pensamientos.

—Señor Kim, buenos días.— el doctor Park ingresa al cuarto y mira alrededor con extrañeza.
—¿Dónde está el señor Joo?

—No lo sé.

Ayer Namwook vino y lo obligó a ir a su hospital para tratar el hombro y demás heridas. No sé nada de él desde entonces.
Ni siquiera tengo mi celular para llamar al entrenador.

—¿Cómo se siente?

—Bien, algo adolorido, pero bien. La enfermera dijo que es normal sentir dolor después del parto, pero sólo serán unos días.— me acomodo mejor y apoyo la espalda contra el respaldo de la cama.
—Me dijo que estaba sorprendida cuando me vio.

—Así es.— mira su planilla y luego se sienta a mi lado, en una silla aparte.
—Se está recuperando rápido. Sin embargo, debe cuidarse, aún sigue débil y el bebé le quitará mucha energía. Asegúrese de alimentarse bien y de tomar descansos, el señor Joo puede ayudarlo.

—Él no...— bajo la cabeza y miro mis manos.
—El bebé no le importa.

—Pero usted sí y se asegurará de cuidarlo bien. No es el primer caso que veo, muchos Alfas no sienten la conexión con el cachorro.

—Lo sé, pero...— suspiro y levanto la mirada. El doctor Park me mira con comprensión, palmea mi mano y se levanta.

—Todo es cuestión de tiempo y usted puede hacer que ambos se acerquen, inténtelo. Ya debo irme, una enfermera traerá su desayuno en un momento.

Dejo salir un largo suspiro y luego me levanto, voy hasta el baño y lavo mis dientes para luego mirar la ducha. No lo pienso mucho y me quito la bata blanca, abro la llave de agua caliente y la regulo hasta tener la temperatura que quiero.

Salgo a los minutos con una toalla alrededor de mi cadera. Busco mi bolso y saco unas prendas para vestirme con prisa antes de que venga alguien. ¿Hana habrá preparado todo? Ella sabía donde deje el bolso del bebé.

—Deberías cerrar la puerta con seguro primero.

Brinco por el susto y dejo caer el pantalón. Jaekyung ingresa con un carrito, dónde está la bandeja con mi desayuno. Cierra la puerta y se acerca hasta dejar el carrito a un lado de la cama.

—Usted es el único que pasa sin tocar.— me quejo por lo bajo y me pongo el pantalón.
Lo miro fijamente y veo su brazo inmovilizado. Arrugo el ceño con preocupación y él sólo sonríe para luego sentarse en la cama.

—No es nada, sólo debo llevar esto por un tiempo.

—¿Está bien? ¿No está molesto por eso?— me subo a la cama y dejo que coloque la bandeja sobre mis piernas.

Me sorprende que esté tan tranquilo, considerando que debe dejar las peleas por ahora.

—Estoy bien.— entrecierra los ojos y observa cada movimiento que hago.

—¿De verdad?— llevo la cuchara hasta mi boca y hago un gesto de desagrado ante la falta de azúcar.

—Sí.

Lo quedo viendo y él a mí.
Está enfadado, lo sé por el lazo. Sonrío sin poder evitarlo mientras tengo la taza contra mis labios.

—Tienes que tomar esas dos pastillas.— señala un platito y arrugo el ceño al verlas. Niego al pensar en lo amargas que serán.
—No es pregunta, Kim Dan, abre la boca.— aparta la taza y acerca una de las pastillas.

Mi Secreto. (Jinx- JaekyungxKimDan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora