Capítulo Treinta y Siete.

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—¿Me dormí?— pregunto en cuanto abro los ojos. Estoy en la habitación y el cielo está oscurecido.
¿Por qué dormí tanto?

Me levanto y salgo de la habitación. Tengo puesta mi pijama, Jaekyung debe haberme cambiado.

—Señor Joo.— lo busco por toda la sala y cocina. No está aquí ni tampoco en las habitaciones de arriba.
Voy hacia la parte donde está el gimnasio y escucho los golpes repetitivos. Me asomo por la puerta y lo observo con atención. Su rostro está lleno de sudor y su ceño está muy arrugado, las venas se marcan en su cuello y golpea de forma brutal el saco, tanto que termina por romperlo.

Dejo salir un suspiro tembloroso y él detiene sus movimientos, voltea a verme y se queda allí unos segundos antes de voltear y gruñir mientras quita el saco. En una esquina puedo ver dos más que están rotos.

—Es tarde, come algo y ve a la cama.— coloca otro saco y comienzan los golpes de nuevo. Está molesto, sus ojos están entre el negro y el dorado, y su aroma es más denso.

¿Sucedió algo? ¿Recibió alguna noticia del gimnasio o de la pelea?
No he investigado quien será su rival, mañana lo haré.

—¡Jaekyung!— mi grito hace que deje de golpear el saco, apoya la frente en él y respira agitado.
—Tiene que parar, le hará daño...

—Kim Dan.— su voz sale más grave de lo normal y mi espalda se tensa. Gira a verme y salto un poco al verlo tan enojado.

Abro la boca para decir algo, pero mi voz no sale y cierro los ojos al no soportar su mirada. Las lágrimas comienzan a formarse y retrocedo un paso al sentir que se acerca.
¿Por qué creí que sería diferente?

—¿Quieres arreglar una habitación para tu bebé?

Abro los ojos de golpe y lo miro con sorpresa. El tono usado sigue siendo duro, pero había una extraña suavidad en su mirada.

—¿Qué? No me mires con esos ojos de perro regañado.— se aleja y busca una toalla para secarse el rostro.
—Tu bebé no estará en la misma habitación que nosotros, puedes elegir y armar cualquier otra...

—Señor Joo.— lo interrumpo y él vuelve a acercarse.
—Gracias.— sonrío felíz y por mi cabeza pasa la habitación perfecta para mi bebé.

No había querido tocar nada por temor a molestar a Jaekyung y ya tenía decidido irme a otra habitación para estar con mi bebé.

—Mmm...— cierra los ojos y comienza a caminar lejos del gimnasio. Lo sigo como puedo y llegamos a la sala, él continúa su camino hacia las escaleras y yo voy a la cocina.
—Kim Dan.— me llama desde donde está y giro a verlo.
—Es tu casa, puedes hacer lo que quieras, no busques mi aprobación.

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Abro la ventana y dejo que el sol entre a la habitación. El espacio es amplio y está al frente de nuestra habitación.

Mi Secreto. (Jinx- JaekyungxKimDan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora