Monkey D. Luffy siempre fue un espíritu totalmente libre, indomable y feroz, como una ola chocando contra la costa, pero había algo que lo limitaba, amor, él lo sacrificaría todo por amor.
Universo alterno. (Luffy Marine)
Contiene escenas violentas...
Sanji y Usopp se despidieron, para luego ir al Sunny, dejando a su capitán allí, acordando lo mismo que con Shanks, se quedaría unos días y luego seguirían con su camino. Pero no fueron directo al barco, los dos se desviaron por el bosque, deambularon por mucho rato, hasta que por fin encontraron lo que buscaban, el árbol de la foto, el rubio lo comprobó una última ves y si, era el mismo lugar, pero a la ves diferente, habían partes quemadas y era obvio que el árbol había sido la fuente principal del fuego, pero parecía haber sanado y crecido nuevamente, no poseía la misma forma que antes en ciertas ramas, pero seguía con aquel encanto y gracia de cualquier obra de la naturaleza. –Oye, quédate aquí, iré a traer a Franky, no te muevas–le indicó el cocinero en tanto se marchaba.
Pasaron alrededor de unos 40 minutos cuando el francotirador por fin divisó a sus dos Nakamas, le mostraron la imagen al carpintero y, este estuvo un rato analizando la estructura del tronco y el volumen de las hojas. –¿Crees poder terminarlo en una semana?, es una sorpresa para Luffy–inquirió Usopp. –¿Una semana?, lo podría hacer en dos días, pero hay varios errores en la madera y el diseño, ¿quieren que lo corrija? –Solo hazlo lo más parecido posible–explicó el de cejas peculiares.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A la mañana siguiente, el ex-almirante se dirigió a la Villa Foosha, luego de un desayuno caótico con los bandidos, nunca pensaría que extrañaría tanto pelear por su comida. Antes de dar a conocer su presencia con los habitantes, fue directo al antiguo bar de Makino, sin sorprenderse de encontrar solo escombros quemados, lo lamentaba, pero ya se lo esperaba. –¿Luffy?–escuchó una voz detrás de él, no necesitaba voltearse para saber quien era–¿Realmente eres tú..?–el azabache se giró para mirar al alcalde. –Ha pasado un tiempo–fue lo único que atinó a decir el menor.
Woop no tardo en correr a abrazarlo, toda la Villa lo había criado cuando Garp se los pidió, pero él, junto con Makino era quienes mas se encargaron de su bienestar, desde sus primeras palabras hasta que aprendió a caminar, por lo tanto, eran los más cercanos al niño. Los dos se sentaron en uno de los tantos campos verdes que había por el lugar, el mayor tenía tantas preguntas y no sabía por cuál empezar, así que solo balbuceaba. –Alcalde, cálmese, tengo mucho tiempo para hablar, comience con lo que sienta mas importante. –Oh, lo siento, primero que nada, ¿por que te uniste a la Marina?, siempre corrías por todas partes diciendo que serías el próximo Rey De Los Piratas, incluso después de los reproches que te daba el Vicealmirante Garp. –El Gobierno Mundial me amenazo, me consideraban un peligro si no estaba con una maldita cadena alrededor del cuello. –Fue por tu padre, ¿no es así?–el Monkey asintió–Vaya, jamás creí que pudieras ser hijo de alguien así, siempre fuiste un niño tan dulce y–el contrario lo interrumpió. –¿Y con nada de especial? –Iba a decir tan normal. –Como sea, ¿tienes más preguntas o solo es eso?
El azabache no pudo evitar utilizar un tono seco y cortante, el mismo que ocupaba antes, al ver la mirada de tristeza del mayor, se dio cuenta enseguida de su error. Era cierto que lo estaba dando todo para cambiar su actuar y acostumbrarse a ser libre, pero aquel particular asunto, siempre sacaba a aquella horrible persona que la Marina había formado. –Perdóname, Woop, no está siendo fácil sanarme de toda esta estupidez. –No te preocupes, chico, comprendo. –¿Quieres que responda algo mas?–el de gorro pesquero guardó silencio unos momentos antes de hablar. –¿...Que fue lo qué pasó con Makino? –¿Q-Que?, ¿No lo saben? –Al principio creíamos que había muerto en el incendio de su bar, pero jamás encontramos el cuerpo y luego resulta que al mismo tiempo que desapareciste tu, para luego reaparecer como Marine–el menor se tomó su tiempo para responder y ordenar sus pensamientos. –Está muerta–fue lo único que logró decir, no quería, no podía seguir hablando, se le hacía tan doloroso volver al lugar donde comenzó su vida.
El de lentes bajo la cabeza y cerró los ojos con fuerza, la de cabello verde era su amiga, hubo un tiempo en que lo hacían todo juntos, ya el incendio de su bar había ocurrido hace 10 años, pensaba que lo había superado, pero una pequeña parte de él, pensaba que seguía con vida en algún lado, ya que no encontraron sus restos entre las cenizas. El azabache consoló como pudo a Woop para luego ir con los otros habitantes, acompañado del alcalde, todos estaban tan sorprendidos de verlo, pero aquella sorpresa fue remplazaba por grandes sonrisas, estuvo con ellos el resto de la tarde.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasó una semana en la que dedicaba su tiempo a la villa y a su madre, los había extrañado demasiado a todos. Ahora, tanto los aldeanos como los bandidos se habían reunido para despedirlo, se iba a ir, dejando en claro que no volvería, después de decir eso, Dadan no paro de llorar y abrazarlo, estuvo bastante rato sin soltarlo. Cuando iba camino al barco, fue interceptado por toda su tripulación, cosa que lo desconcertó y preocupó, pensando que algo había ocurrido. –¿Que hacen aquí?, debían de esperarme en el barco. –Te tenemos una sorpresa–explicó el francotirador, claramente emocionado, al igual que el resto.
Zoro se le acercó para cubrir sus ojos con la bandana negra que habitualmente llevaba atada a su antebrazo izquierdo. No le gustaba estar sin ver, le desagradaba bastante, pero escuchar a sus Nakamas a su lado, lo tranquilizaba. Luego de un rato caminando, parecía que por fin habían llegado, le quitaron la improvisada venda y al ver la supuesta sorpresa, inhaló una gran cantidad de aire por la impresión, se volteó a su tripulación, quienes estaban ansiosos por su reacción. –P-Pero...¿como?–pregunto el Monkey sin aliento, lo que estaba delante de él era la casa del árbol que compartía junto con sus hermanos, era exactamente igual, como si la hubiera sacado directo de su cabeza. –¿Puedo i-ir a verla? –¡Por supuesto que si!, la hice tan resistente que ni siquiera un huracán podría tumbarla–ánimo el cyborg.
Luffy subió por las escaleras que colgaban y miró con nostalgia el interior, estaba todo, el timón, las ventanas y la bandera que ondeaba en la cima. –¿Como supieron hacerla?–les pregunto al resto con una gran sonrisa, viendo que lo habían seguido.