Signo familiar

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Sabo y Ace salieron a caminar, el rubio no había dicho ni una sola palabra desde que su hermano le contó lo que verdaderamente sucedió en la infancia del Monkey.
–Oye, es por esto es que no quería decirte, sabía que te sentirías culpable–reprochó el pecoso.
–¿Y acaso tú no?–respondió, de una forma austera.
–Debemos de ir y suplicarle perdón, si tenemos suerte tal ves no nos odi–su frase se vio interrumpida por un grito.
–¡¿Y si jamás lo volveremos a ver?!, ¡lo dejamos solo en batalla!, ¡lo hirieron de muerte y aún así, estas tan tranquilo con qué tal ves se haya desangrado en una maldita celda!

El Portgas frunció el ceño y en un destello de enojo, empujó fuertemente a su hermano, causando que se diera un golpe algo fuerte contra el suelo.
–¡¿En serio piensas que eres el único sufriendo por esto?!, ¡ÉL TAMBIÉN ES MI HERMANO!–grito con fuerza el Comandante De La Segunda División.

El Revolucionario se levantó y lo golpeó en la cara, ambos comenzaron a pelear, ninguno ocupaba Haki o alguna habilidad especial, solo utilizaban sus puños. Estaban furiosos, pero no con el contrario, se sentían tan enojados por su propia estupidez, repudiaron a su pequeño sol sin darle alguna oportunidad de explicarse, y ahora, tal ves jamás podrían disculparse.
Llegó un punto en que los dos solo se tiraron en el suelo, uno al lado del otro, sus heridas de la guerra no habían sanado por completo y estaban demasiado agotados como para seguir batallando.
–Él jamás podrá perdonarnos–comentó el pecoso, con pesar, mientras veía que el cielo que comenzaba a oscurecer.
–Lo extraño demasiado.
–¿Recuerdas como nos seguía a todas partes?
–Como olvidarlo, se enfrentó a todo tipo de bestias con tal de saber a donde íbamos.

Los dos esbozaron una tenue sonrisa a la cálida imagen de su pequeño hermano hace tantos años atrás, sus constantes intentos de ser su amigo llegaban a ser cómicos de lo mucho que soportaba por algo tan tonto como eso, aunque también los llenaba de nostalgia y algo de culpa, darían lo que fuera por oír su chillona voz llamándolos, aunque sea solo una ves más.
–Si tan solo hubiéramos ido los tres por la estupida madera–señaló el ex-noble con un claro arrepentimiento en su voz.
–Te hubieran llevado a ti, idiota, después de todo, fue tu padre quien te vino a buscar.
–Pero Luffy estaría bien, si lo hubiera sabido en su momento, me hubiera entregado a ese maldito hombre a cambio de la vida de mi hermanito.

Pasaron cuatro días, faltaba poco para que los Mugiwaras llegaran a su destino y los tripulantes se percataban del obvio nerviosismo de su capitán

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Pasaron cuatro días, faltaba poco para que los Mugiwaras llegaran a su destino y los tripulantes se percataban del obvio nerviosismo de su capitán. Chopper llamó al azabache a una última revisión de sus tantas lesiones para poder darle el alta de todos los tratamientos que le había estado aplicando en este tiempo. Quito todas las vendas que estaban al rededor de su torso y le dio un espejo al de sombrero, consciente de que ya le había advertido sobre la gran posibilidad que dejaran feas marcas en su cuerpo.
Luffy se miró unos momentos, tenía manchas al rededor de sus brazos, cuello y piernas, pero la cicatriz que más llamaba la atención, era la gran "X" que se había formado en medio de su pecho, una quemadura notoria que no desaparecería.
–Lamentó no poder curarte por completo, la herida que te provoco Akainu era demasiado grave y de gran invasión–le dijo el reno, bastante apenado por no ser de más ayuda.
–No te preocupes, Chopper, estoy acostumbrado a las cicatrices, además de que hiciste un gran trabajo, pensé que esa zona quedaría deformada, pero parece ser solo una mancha, no cualquier médico lograría tan bien resultado.
–Idiota, no creas que con esas estupideces me harás sentir mejor–mintió, demasiado orgulloso como para admitir el alago, aunque su rostro mostrara todo lo contrario.
–¡Luffy!

Oyó a Nami llamarlo desde la cubierta, así que se despidió del reno y fue a donde la navegante, la cual estaba junto con Usopp.
–¿Que sucede?–los dos se voltearon a verlo, pero antes de poder hablar, el desconcertó invadió sus rostros.
–¿Esa es..?–comenzó a hablar la navegante, sin poder terminar de formular la pregunta.
–¿La herida de Sakazuki?, si, lo es–respondió, entendiendo la sorpresa de ambos. La expresión de los dos cambio a una sonrisa rápidamente, al notar la tranquilidad de su capitán.
–Pensé que estaría muchísimo peor–comentó la pelirroja.
–Luffy, te queda genial, va de acuerdo totalmente a la imagen de un gran pirata y guerrero del mar–comentó Usopp, en tanto pasaba su brazo por los hombros de su amigo, sacándole una pequeña risa.
–¿Para que me necesitaban?
–Oh, cierto, te iba a decir que si el viento sigue a favor, llegaríamos a la isla en unas 6 horas–indicó la pelirroja.

Tanto piratas como revolucionarios, se estaban preparando para partir de la isla, ya todos los heridos se habían recuperado lo suficiente como para seguir navegando

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Tanto piratas como revolucionarios, se estaban preparando para partir de la isla, ya todos los heridos se habían recuperado lo suficiente como para seguir navegando.
–Bien, será mejor que vaya a informarle a Dragon sobre mi regreso.
–¿Como planeas decirle lo de Luffy?
–No hables de él como si estuviera muerto, además, salió en todos los medios de comunicación, es obvio que ya está al tanto.
–Sabo, si él se llega a enfurecer por lo qué pasó con su hijo, sabes que siempre eres bienvenido aq–su hermano lo interrumpió.
–¡Lu no fue asesinado!
–¡Maldita sea!, ¡se enfrentó a tres malditos Almirantes!
–¡Y también venció a Kaido!, ¡él ya no es un niño débil que necesita de nosotros!, ¡sobrevivirá aunque no hayamos podido protegerlo!

Nuevamente peleaban por eso, todos estos días se las habían pasado discutiendo sobre lo mismo, ambos se mantenían firmes en su punto, Ace estaba convencido de que la Marina lo había asesinado por traición y Sabo creía fielmente que había logrado escapar, aunque ninguno de los dos aseguraba totalmente su opinión, porque después de todo, se avergonzaban de admitir que no conocían a su hermano, no sabían de su fuerza o debilidad, su resistencia o recuperación, pero igualmente, querían con todas sus fuerzas que estuviera vivo, aunque jamás lo vuelvan a ver, deseaban que Luffy fuera totalmente libre en algún pequeño rincón del mundo en el que por fin encuentre la paz que ellos no lograron darle.
Hubieran seguido discutiendo, pero Marco entró en la habitación sin siquiera tocar, se veía agitado y alterado.
–¿Que pasa?–preguntaron ambos al mismo tiempo.
–Un barco pirata se acerca y tienen un Jolly Roger que creo que deberían ver.

Los dos, bastante confundidos, fueron a cubierta junto con el Fénix y casi caen para atrás al ver el navío que se dirigía a ellos, el SN.2 con la bandera pirata de su hermano.

Vida bajo cargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora