Monkey D. Luffy siempre fue un espíritu totalmente libre, indomable y feroz, como una ola chocando contra la costa, pero había algo que lo limitaba, amor, él lo sacrificaría todo por amor.
Universo alterno. (Luffy Marine)
Contiene escenas violentas...
Caminaba a paso calmo, esquivaba sin esfuerzo cada ataque, trataba de no lastimar o inmovilizar a ninguno, hasta que unos momentos después, estaba a pocos metros del rubio, este al percatarse de su presencia, frunció el ceño y apretó la tubería que tenía en mano, se notaba furioso y que no planeaba detenerse a conversar, así que el Monkey solo metió las manos a sus bolsillos y cerró los ojos, esperando un golpe que jamás llegó, al volver a abrirlos, miró al ex-noble a pocos centímetros de él, su respiración estaba agitada por la gran carrera y seguía manteniendo el semblante hostil, pero no se movía, solo lo observaba. –¿No te basto con destruir nuestro hogar?, ¿acaso planeas cazarnos hasta borrar tu "humillante" pasado con nosotros? –No es humillante. –Ladrón y mentiroso, ¿lo olvidas?–el azabache mantenía una actitud seria y desinteresada, pero aquella forma de tratarlo de su hermano, lo rompía, sentía que sus rodillas en cualquier momento fallarían. –Sabo, no planeo ser más una molestia para ti–luego de pronunciar eso, hurgó en uno de sus bolsillos y extendió su mano hacia el revolucionario, entregándole la llave que guardaba la esperanza de la vida del Portgas. –¿Que se supone que es eso? –Con ella puedes abrir las cadenas de Kairōseki de Ace.
El rubio cambio por completo su expresión, estaba sorprendido y se incorporó de mejor manera, dejando de lado su posición defensiva, la tomó con cuidado, esperando que sea algún tipo de trampa y que el Almirante en cualquier momento lo atacaría, pero nada pasó. –Si siguen avanzando la Marina levantará muros implacables, inmunes a cualquier ataque, apagaran los Den Den Mushi y comentaran crímenes de guerra, ten cuidado especialmente con Akainu, planea una masacre con puños de magma–advirtió, en tanto veía la espalda del de azul al seguir su camino a paso lento. –Luffy...tu padre lamenta como terminó todo–aquella declaración lo desconcertó, lo volteó a ver y no pudo decir nada más que balbuceós respecto al tema. –Ahora...solo encárgate de salvar a nuestro hermano–murmuro, para luego ver cómo comenzaba a correr de nuevo.
El azabache se quedó en el centro de la batalla, en un punto medio, tenía el uniforme de la Marina, pero dejaba pasar a cada pirata que corría por su lado. En el momento que las paredes se cernieron, comenzó a reflexionar sobre su vida, casi ignorando la batalla a su alrededor, la carnicería comenzaría pronto y su única esperanza de salvación, era la falla que había provocado el gran gigante que estuvo a punto de salvar a Ace, su sangre había corrido por el mecanismo, dañándolo, pero es no detuvo a Sakazuki, este se levantó de su asiento y con su fruta del diablo, incendio el cielo, pronto cientos de bolas de magna comenzaron a caer, como si de una enorme lluvia sangrienta se tratase, aniquilando de forma casi instantánea a cualquiera que estuviera entre los muros, destruyó barcos y zonas de la bahía que habían sido congeladas por Aokiji. En ese preciso instante es cuando sus pulmones comenzaron a llenarse de fuego y exhalar anhelo, su garganta se quemaba por el ambiente hirviendo, los Den Den Mushi habían sido desconectados, privando al mundo de esta horrible imagen, exceptuando el que tenía en su bolsillo, él se había robado de camino a encontrarse con el rubio. Sintió a alguien apuntó de atacarlo por la espalda, pero no hizo nada, porque sabía que aquel hombre sería detenido y así fue, se volteó y las comisuras de sus labios formaron una tenue sonrisa, allí estaba Jinbe protegiéndolo de los idiotas que creían que podrían ganarle, no tuvo que ser necesario decir nada, solo le entregó aquel transmitidor y en un solo presionar de botón, todo el mundo vio aquel páramo.
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Caminaba por toda Terminal Gray, recogía las tablas de madera que sus hermanos le habían pedido, hasta que chocó con alguien, al mirar su rostro para disculparse, se espantó cuando vio al antiguo padre de Sabo, ¿que era lo que hacía en un lugar así? Sin pensarlo, corrió hacia el otro lado para huir, pero ya era demasiado tarde, estaba rodeado, los reconoció en tan solo verlos, piratas de Bluejam, hombres grandes y fuertes, contrastando con la débil figura del noble. Entre dos lo sujetaron, inmovilizándolo, en tanto el de azul se le acercaba, guardando cierta distancia con un asco evidente en su rostro. –Dime donde está mi hijo–ordenó, notándose irritado. –¡Él no es tu hijo!
Uno de los piratas que lo apresaba, tiro de su cabello para levantar su cabeza y luego, colocar una navaja en su cuello, haciendo un poco de presión para hacer un ligero corte. –No lo repetiré de nuevo, ¿donde esta Sabo? –Escúchame, mocoso, si no hablas, juro degollarte como si de una rata se tratase–amenazo el capitán.
El niño mordió su labio inferior, negándose rotundamente a responder, cerró los ojos con fuerza, estaba consciente de lo crueles y despiadados que eran esos monstruos, ya había sido torturado una ves y no tenía miedo de que lo hagan de nuevo, no diría palabra alguna. Justo en el momento que el filo iba a hacer mucha más fuerza para posiblemente matarlo, el canto de un cuervo los detuvo, todos miraron hacia arriba y observaron el ave, quien descendió al suelo con elegancia, postrándose a poca distancia del pequeño. –Carajo, ese es...¿un mensaje de los revolucionarios?–murmuro el pirata en jefe, impactado.
Bluejam se acercó al de plumas y lo tomó con brusquedad para verificar su autenticidad, y de paso, leer la carta que llevaba. –¡Suéltalo!–grito el azabache, temeroso de las consecuencias de que aquel horrible hombre, se enterara de lo que podrían contener aquellas palabras.
El capitán hizo caso omiso y desdobló el papel para empezar a leer: "Para: Monkey D. Luffy. De: Dragon. Lu, falta poco para que cumplas 8, ¿no?, en solo unos meses ya habrás crecido mucho, me gustaría estar contigo, pero creo que ya has comprendido el por qué no puedo. Te sigo extrañando muchísimo, espero que sigas siendo aquel niño tan radiante y cálido que me dijo Inazuma que eras, sé que ya me disculpe, pero lo hago de nuevo por haberte tenido que mandar a buscar de manera tan brusca. Espero que sigas guardando nuestro secreto, nadie puede saber que hablo contigo o tendrás varios problemas. No veo la hora para cuando crezcas y ya por fin nos podríamos reunir, cuando seas fuerte e imparable, me contaron que quieres ser el Rey Pirata, lo lograrás, estoy seguro de que serás una verdadera piedra en el zapato para el gobierno. En fin, hazte más fuerte cada día, para que algún día yo vea tu progreso, de un pequeño bebé, a un hombre. -Te ama, papá."
Luego de terminar la carta, el capitán se echó a reír, hacia un sonido macabro que le helaba la sangre al de siete, estaba claro que algo tenía en mente. –¿Que fue lo que se enteró?, ¿sabe dónde está mi hijo?–pregunto el noble con ignorancia. –Olvídese de su hijo, tenemos un premio mucho mayor que eso–luego de exponer aquello, una sonrisa se planteó en su rostro, una que le daba un mal presagio al menor.